¿Qué pasos se debían cumplir entre la muerte y la llegada ante los dioses?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los antiguos egipcios creían en la vida después de la muerte. Pensaban que el alma del difunto viajaba al Más Allá. Cuando una persona moría en el Antiguo Egipto, su cuerpo se conservaba por medio del proceso de la momificación.
Pero sólo los egipcios más ricos, además del faraón y su familia, podían encargar su momificación, ya que era un proceso muy costoso, además de largo: la momificación tardaba 70 días en ser finalizada.
El proceso de momificación se llevaba a cabo dos o tres días después de la muerte. El cuerpo era llevado a los embalsamadores, quienes trabajaban a orillas del Nilo, ya que se necesita agua en abundancia. Se colocaba al difunto sobre una mesa de piedra o de madera, e incluso de alabastro, cuyas patas y su decoración tomaban la forma de león. También se empleaban otras más pequeñas para depositar los órganos del difunto.
Se lavaba el cuerpo y se procedía a la extracción del cerebro. Se hurgaba con un hierro al rojo vivo por la nariz hasta que el cerebro se “derretía” y se iba extrayendo poco a poco.
A continuación, los órganos internos: el estómago, los intestinos, los pulmones y el hígado. Estos se extraían a través de un pequeño corte que se hacía en el costado. Hay que tener en cuenta que eran verdaderos conocedores de la anatomía humana los que realizaban estas labores.
Una vez extraídos, los envolvían en un paño de lino y se introducían dentro de los cuatro vasos canopos bajo la protección de cuatro dioses especiales, llamados “hijos de Horus”. En esos vasos se colocaba el estómago, intestinos, pulmones e hígados. El corazón se dejaba dentro del cuerpo porque no debía separarse de su cuerpo, pues era el lugar donde residían los sentimientos, la conciencia y la vida.
A continuación, el cuerpo era cubierto con natrón, una sal que lo desecaba. Hay que decir que el secreto de la momificación es la sal. No hay otro y, especialmente, la sal del Nilo. Es una sal especial que tiene dos isótopos más que la sal normal, por ello el resultado era perfecto, al absorber más agua. Este tratamiento duraba entre 35 y 40 días, de forma que el cuerpo al estar totalmente deshidratado, ya no se descomponía.
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