Que pasó el día 7y8 de 1975
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El 4 de Junio de 1975 Celestino Rodrigo, Ministro de Economía, anuncia un paquete de medidas que trascendería bajo el célebre apodo de “Rodrigazo”. Se termina así con el “Pacto Social” que desde 1973 regía la relación entre los patrones, el Estado y los trabajadores. La nueva orientación económica beneficiaba al capital local y financiero más concentrado, excluyendo la concertación con las masas, una política de shock para revertir la crisis económica y permitir una nueva fase de acumulación capitalista lanzando un brutal ataque contra el nivel de vida de los trabajadores. Isabel Perón y López Rega pretendían ganar apoyo burgués e imperialista para fortalecer al gobierno como instrumento de restauración del orden en las fábricas y liquidar a la extendida vanguardia obrera y popular.
Entre las medidas del “Rodrigazo” se encuentra una devaluación del peso con relación al dólar que oscila entre el 80 y el 160% y un aumento sideral de los precios que en algunos casos llega al 180% como en las naftas o el 75% en las tarifas de colectivos. Otra medida que exacerbará el ánimo obrero y predispuso a los sindicatos dirigidos por la burocracia peronista contra el plan fue el anuncio del congelamiento de las paritarias y el establecimiento de los topes salariales.
La respuesta obrera: la gestación de la huelga general
La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y corrió por cuenta de la base obrera y el activismo que le fue imponiendo a la burocracia y a los sindicatos una huelga general que obligará a López Rega a huir del país y a Rodrigo a renunciar sin pena ni gloria.
La punta del conflicto fue la IKA Renault de Córdoba donde el 2 de junio los obreros en asamblea deciden contestar a los todavía rumores sobre el plan económico con un abandono de tareas. El ejemplo ganará a las fábricas del interior del país –esencialmente Córdoba y Santa Fe- y del Gran Buenos Aires. Pese a las derrotas previas sufridas por las vanguardias que venían del Cordobazo, del primer clasismo (Sitrac - Sitram), de Luz y Fuerza Córdoba (Agustín Tosco), del SMATA Córdoba (René Salamanca) y de la combativa UOM Villa Constitución (Alberto Piccinini), la clase obrera de Córdoba, Santa Fe y Mendoza jugará un papel de primer orden en los acontecimientos.
Las medidas de lucha se multiplican y se imponen paros por gremios a escala provincial que en algunos casos toman el carácter de paros regionales. El movimiento se va extendiendo a nivel nacional y el enfrentamiento con la burocracia cobra presión. En la zona norte del Gran Buenos Aires –donde se distinguen por su combatividad los obreros de las automotrices y de los Astilleros de Tigre y San Fernando- se inicia en dos oportunidades la marcha hacia la Capital, intentando llegar a las sedes del SMATA y de la UOM para demandar directamente a los dirigentes. En el primer caso, el intento es liderado por los obreros de la Ford y de astilleros Astarsa, en el segundo por los trabajadores de General Motors. Se producen además ocupaciones de fábrica en la misma Astarsa, y -en Córdoba- Grandes Motores Diesel.
La burocracia sindical –encabezada por Lorenzo Miguel- se ve obligada a cambiar su actitud y exige a Isabel la homologación de los convenios.
Para ello convoca para el 27 de junio a una jornada contra el plan Rodrigo, en apoyo a la Presidente y por la rápida homologación. Sin embargo, por presión de la base se convierte en un virtual paro general y más de 100.000 personas se reúnen en Plaza de Mayo reclamando la renuncia de Rodrigo y López Rega. Por primera vez en toda su historia la clase trabajadora levantará demandas políticas enfrentando al gobierno peronista.
La huelga general política
El 28 de junio Isabel anuncia su negativa a homologar los convenios. El Ministro de Trabajo, Ricardo Otero renuncia. La burocracia quedará enfrentada –a su pesar- al gobierno aunque no toma medidas para ahondar el enfrentamiento. La actitud de los dirigentes es de prescindencia, Casildo Herrera (Secretario General de la CGT) y Lorenzo Miguel (UOM) se van a Ginebra al Congreso de la OIT, de donde regresarán recién el 1º de julio.
Mientras tanto, las movilizaciones obreras espontáneas se extienden en todo el país y tiene lugar una huelga general de hecho. Surgen las coordinadoras interfabriles del Gran Buenos Aires que organizarán la mayoría de las movilizaciones, las asambleas y los paros en este corazón del proletariado industrial.
En el interior, no son pocos los casos donde se sobrepasa a la burocracia. En Rosario manifiestan los metalúrgicos hacia la sede UOM, y se ocupa posteriormente la CGT Regional. Lo mismo sucede en Santa Fe. Se paralizarán prácticamente todas las fábricas en Rosario y Córdoba. Desde la zona norte del Gran Buenos Aires se discute organizarse e ir a Plaza de Mayo. Al edificio histórico de la CGT nacional en Azopardo llegan manifestaciones obreras con la consigna “14.250 o paro nacional”, en las que se grita contra López Rega e Isabel, exigiendo sus respectivas renuncias.