Religión, pregunta formulada por ninjadrossdavid, hace 6 meses

¿Qué pasaría si todos viviéramos como los primeros cristianos?


ninjadrossdavid: ayuden porfis
ninjadrossdavid: urgente
sebastianarciniegas0: mmm
sebastianarciniegas0: voy a tratar de ayudarte
victoriaalexandrar12: la comunidad lgtb estaría provida y se consideraría un pecado no se podrían maquillar y creo que ni se podria hacer eso de modelaje
victoriaalexandrar12: espero ayudar

Respuestas a la pregunta

Contestado por andrew7796
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Respuesta:

Cristianismo primitivo, Iglesia primitiva o paleocristianismo es el periodo de la historia del cristianismo anterior al Primer Concilio de Nicea (año 325). Se divide habitualmente en dos fases: el período apostólico (siglo I) y el período preniceno (siglos II, III y comienzos del IV). Para el periodo posterior, en que el cristianismo pasa a ser la religión oficial del Imperio romano, se utilizan denominaciones como cristianismo bajoimperial; y, más adelante, cristianismo medieval.[1]

Carpa sobre piedra hallada en numerosos sarcófagos de los primeros siglos del cristianismo.

Los primeros cristianos, tal como son descritos en el Nuevo Testamento (especialmente en Hechos de los Apóstoles), eran judíos, ya fuera de nacimiento o por conversión, para los cuales se utilizaba el término bíblico "prosélito",[2] y denominados por los historiadores como judeocristianos. Hechos de los Apóstoles y la Epístola a los Gálatas recogen que la primera comunidad cristiana estaba centrada en Jerusalén y entre sus líderes estaban Pedro, Santiago y Juan.[3] Pablo de Tarso, tras su conversión al cristianismo, reivindicó para sí el título de "Apóstol de los gentiles". La influencia de Pablo en el pensamiento cristiano es reconocida como más significativa que la de cualquier otro escritor del Nuevo Testamento.[4] Hacia el final del siglo I, el cristianismo comenzó a ser reconocido interna y externamente como una religión diferente del judaísmo rabínico, el cual se refinó y desarrolló con posterioridad a la destrucción del segundo templo de Jerusalén.

Tal y como aparece recogido en numerosas citas del Nuevo Testamento, así como en otros textos cristianos del primer siglo de nuestra era, los primeros cristianos generalmente utilizaban y reverenciaban la Biblia Judía como su libro sagrado, fundamentalmente a través de las traducciones griegas (Septuaginta) o arameas (Targum), buena parte de las cuales están escritas en forma narrativa donde "en la historia bíblica Dios es el protagonista, Satán (o las personas o poderes malignos) son el antagonista, y el pueblo de Dios es el agonista".[5].

A medida que se desarrollaba el canon del Nuevo Testamento, las Cartas de San Pablo, los Evangelios canónicos y varios otros textos fueron también reconocidos como escrituras y textos sagrados para ser leídos en la iglesia. Las cartas de Pablo, especialmente la Epístola a los Romanos, establecieron una teología basada en Cristo antes que en la Ley Mosaica, pero la mayor parte de las denominaciones cristianas todavía consideran las "prescripciones morales" de la Ley Mosaica, como los Diez Mandamientos, el Gran Mandamiento y la Regla de Oro como relevantes. Los cristianos primitivos demostraron un amplio catálogo de creencias y prácticas, buena parte de las cuales fueron posteriormente rechazadas como heréticas.

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