¿Que parte de mi se relaciona con Dios y como hago?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Vive conscientemente con el pensamiento de que hay un propósito en la vida.
El primer paso es enfocarse activamente en el hecho de que nada es al azar. Fuimos puestos en este mundo para cumplir tareas específicas y debemos tener presente la misión y buscar continuamente un propósito. Dicho de manera simple, Dios está cercanamente involucrado en todos los aspectos de nuestras vidas. Piensa en los eventos de tu vida como notas personales que buscan transmitirte un mensaje. A medida que nos sintonizamos con esta idea, cada vez más fácil descifrar su significado.
Sé consciente de los regalos de la vida.
Un segundo paso para cultivar una relación con Dios es enfocarse en apreciar todo lo que Él ha hecho por nosotros. La próxima vez que encuentres algo que has estado buscando, muestra tu apreciación agradeciéndole a Dios. O la próxima vez que pierdas tu autobús, busca activamente un aspecto positivo de lo ocurrido (incluso si es tan sólo la oportunidad de practicar este ejercicio).
Los eventos diarios proveen continuas oportunidades para apreciar la bondad de Dios en nuestras vidas. La cálida sonrisa que te saluda durante un día estresante o las amables palabras que alguien te dice son algunas de las formas en que Dios interactúa contigo. A través de estas experiencias podemos afinar nuestra percepción sobre la intervención personal de Dios, Su presencia constante y Su amor y preocupación por nosotros.
Expresa tu lealtad a través de la acción.
Nuestros sabios sugieren otra cosa que podemos hacer para construir una fuerte conexión con Dios, la cual se encuentra sugerida en la palabra mitzvá (mandamiento de la Torá), cuya raíz en hebreo es tzavta (compañerismo). A través de realizar las mitzvot podemos volvernos socios de la voluntad de Dios a través de nuestras acciones. Es más, el estudio de Torá nos regala un vistazo de sabiduría infinita, puesto que Él Se revela a Sí mismo a través de las letras sagradas.
Sigue trabajando en mejorar la relación.
Al igual que en cualquier relación, en nuestra relación con Dios también tendremos altos y bajos. La vida está llena de estrés y encuentros desafiantes que nos hacen perder la esperanza. Sin embargo, es de suma importancia que nos mantengamos fieles y leales a pesar de los desafíos. Esta es la definición de amor incondicional.