Historia, pregunta formulada por piluferreiro, hace 1 año

. ¿Qué papel político cumplió la Junta Central de Sevilla durante la invasión francesa a España?

Respuestas a la pregunta

Contestado por alejandraperez96222
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no sé porque amiga no estudio eso

Contestado por NarutoUzumaki47
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Respuesta:

La historia de Sevilla —la orteguiana ciudad de las mil alusiones— está llena de sorpresas. Más allá del tópico manido, que es una de las características de su historia en minúscula que caracteriza buena parte de su pasado y su presente, la investigación histórica depara a veces cosas insospechadas. Sobre todo en un período tan importante como desconocido como fue la guerra de la Independencia, en el que por vez primera en la historia de la ciudad en los tiempos modernos, Sevilla fue la capital política de España.

Nunca a lo largo de su milenaria historia correspondió a Sevilla una responsabilidad tan grande como fue dirigir los destinos de la Nación —aquella nueva gran nación que se diseñó en el Alcázar sevillano— en unos momentos tan trascendentales. Inicialmente, su Junta se dio el título de Suprema de España e Indias, una denominación que aterrorizó al Consejo de Castilla por erigirse en «gobierno central como fruto y recompensa de los servicios prestados a la patria».

Después, con la instalación de la Junta Central en la ciudad, se inició en Sevilla el nacimiento de una nueva nación. Pero no es de todo esto de lo que quiero hablar en estas líneas, en las que voy a referirme a otro importante descubrimiento histórico, que es, igualmente, de gran calado: en esa Sevilla de 1808 —que en algunos textos coetáneos se llama «Gran Sevilla»— dio también comienzo el proceso de independencia de América.

Esta es la gran aportación del reciente libro del historiador sevillano Luis Navarro García, Umbral de la independencia. El golpe fidelista de México en 1808, que ha dado a la luz el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Su autor, catedrático emérito en la Universidad de Sevilla, es uno de los grandes historiadores americanistas.

Su libro es un análisis minucioso, muy al estilo de su autor, de cómo se produjo en la capital del virreinato de Nueva España el comienzo de la independencia de México, cuando se propuso formar en el mes de julio de 1808 una Junta de Gobierno, semejante a las que habían surgido en la Península, con la convocación de unas Cortes o Congreso del Virreinato. Aunque lo sorprendente del caso fue que, para evitar la introducción de ningún cambio en la forma de gobierno, que claramente escondía otras intenciones, la Junta Suprema de Sevilla, a instancias de su presidente Saavedra, y en su condición de Junta Suprema de España e Indias, se arrogó la potestad de destituir al mismísimo virrey de México, José de Iturrigaray.

¡La destitución nada menos que de un virrey por la Junta Suprema de Sevilla! Aquello fue un hecho sin precedentes, extraordinariamente grave, que tuvo a su vez consecuencias por completo contraproducentes. Pues con una acción como ésta, urdida desde Sevilla con la mejor intención patriótica, no se consiguió al final otra cosa que desestabilizar el gobierno virreinal, y enfrentar a las mismas autoridades entre sí.

De acuerdo con los oidores de la Audiencia, opuestos a la introducción de cualquier cambio, los representantes de la Junta Suprema de Sevilla cumplieron a rajatabla las consideraciones de su presidente, cuando éstas eran en realidad posibilistas tal como correspondían a un hombre de su talla política, y con tan gran sensibilidad americana.

Con su gestión los enviados de Sevilla dieron, sencillamente, un golpe de Estado de tipo fidelista, que tuvo consecuencias inimaginables. Porque al destituir al virrey, que en realidad poco tenía que ver con las pretensiones de los junteros mexicanos, desacreditaron a la propia autoridad, y desestabilizaron aún más la situación política, agravando el vacío de poder que tan grandes consecuencias habría de tener en la causa de la emancipación.

En verdad, la acción de la Junta de Sevilla desencadenó el proceso de independencia de México. En este caso fue Sevilla la que abrió la caja de Pandora de que tantas desgracias surgieron. «De los sucesos ocurridos en la América española en 1808, el más notable fue sin duda el de la destitución del virrey de México, D. José de Iturrigaray, mediante un golpe de Estado», señala el autor del libro.

Por ironía del destino, la ciudad de Sevilla (que tan importante papel había desempeñado en el descubrimiento y administración del mundo americano) tuvo también una responsabilidad excepcional en el proceso inicial de su independencia. Verdaderamente, Sevilla fue el «umbral» de la independencia americana en 1808.

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