que papel desempeñado la línea, el espacio y el color en la composición de la obra de Munch, El Grito
Respuestas a la pregunta
Respuesta: “Iba por la calle con dos amigos cuando el sol se puso. De repente, el cielo se tornó rojo sangre y percibí un estremecimiento de tristeza. Un dolor desgarrador en el pecho. Me detuve; me apoyé en la barandilla, preso de una fatiga mortal. Lenguas de fuego como sangre cubrían el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron andando y yo me quedé allí, temblando de miedo. Y oí que un grito interminable atravesaba la naturaleza”.
Explicación:
Esta magistral pintura: “El Grito” del pintor Edvard Munch, pintado en 1893, donde se encarna el mundo interior del ser humano, como también el reflejo de un mundo deshumanizado, pintado con una sensibilidad trágica, propia de su vivencia, donde le imprime con líneas y colores la inconformidad de la falta de sensibilidad de la sociedad, con un lenguaje nuevo de una realidad del mundo interior de la conciencia humana, colmado de pesimismo y sentimiento trágico, por su carácter depresivo e introvertido dentro de un estado subjetivo, morboso, conmovedor e inestabilidad afectiva, lo que le inclino a cobijarse en el arte, permitiéndole explorar la mente humana a través de línea, colores distorsionando las formas para comunicar las emociones, que le permitió llevar una vida de búsqueda creativa hasta el final de sus días. Podemos apreciar que los cuadros de Edvard Munch, son historia que nos narra a través de sus pinturas, tocando temas de aislamiento, imaginación, drama y el pánico. Utilizaba sin objeción el pincel, con gran diligencia y eficacia para representar con independencia y sin ataduras lo que su imaginación perturbadora le proponía para revelar la verdad del alma. Fue aceptado y reconocido como uno de los más grandes artistas de la época moderna, porque supo captar y plasmar la angustia, la incertidumbre y problema del ser humano, preocupado por exponer el mal social. No es exagerada su afirmación ("abrí una nueva senda"). En su diario manifestó: "Deberíamos crear gente que respire, sienta, sufra y ame". Con su obra quería llevar al público a "quitarse el sombrero como si estuviera en un templo".
Esta pintura goza de extraordinaria popularidad, que supera a los restos de su producción pictórica, aunque su fama se incrementa por las sustracciones que ha sufrido el cuadro, y por el récord que ha alcanzado en las subastas. Edvard Munch había expresado: "No podemos pintar eternamente mujeres que cosen y hombres que leen: yo quiero representar seres que respiran, sienten, sufren y aman”. Su hiperactividad creativa le permitió explorar con intensidad la angustia y el interior del ser humano, lo que amplio los caminos del arte, contribuyendo así, a la historia del arte. En su pintura: “El Grito”, el artista nos muestra una imagen que no se acerca a la belleza formal ni a la estética tradicional, pretendiendo solamente reflejar el espíritu y los temores más personales del artista. En su obra nos relata un drama, llena de miedo, enfermedad y de muerte, en una auténtica escena de sufrimiento y de dolor, como también creó escenografías. Esta pintura está ejecutada en la Técnica mixta de óleo, temple y pastel sobre cartón, en un formato de 89 x 73,5 centímetro. Actualmente se expone en la Galería Nacional de Oslo, Oslo, Noruega.