¿Qué países de Centroamérica están implementando la energía Eólica y cómo beneficia al medio ambiente?
Respuestas a la pregunta
Esa energía eólica permitió a Nicaragua reducir el valor de su factura petrolera en 47.17% de forma interanual, en 2013. Las compras de fuel-oil o búnker, que se utiliza como combustible para producir energía, alcanzaron los US$107.4 millones.
Centroamérica
Costa Rica construyó en 1996 la primera planta de generación eólica a escala comercial en Latinoamérica. En diciembre de 2012 la capacidad instalada, de 144 megavatios, representaba el 5% del total de lo que se produce con fuentes renovables, según datos del Instituto Costarricense de Electricidad.
Honduras, por otro lado, instaló en 2012 la primera planta eólica en Cerro de Hula, conocida como “Francisco Morazán”. Esta generaba 102 megavatios de energía limpia y era considerada, hasta ese momento, la más grande de Centroamérica.
En Guatemala, el Ministerio de Energía y Minas ha encontrado 10 áreas con potencial eólico elevado y el lugar seleccionado para el primer parque eólico guatemalteco es el municipio de San Vicente Pacaya, en el departamento de Escuintla.
El BCIE, sin embargo, ha financiado el proyecto eólico San Antonio El Sitio, que se localizará en el municipio de Villa Canales, para la instalación de 50 megavatios.
En El Salvador hasta ahora no existen plantas generadoras de electricidad a base de viento.
A mediados de 2013, Panamá empezó a instalar las turbinas del Parque Eólico de Penonomé y a fines de ese mismo año ingresó sus primeros kilovatios al sistema de transmisión de la red eléctrica del país, tras las primeras pruebas de campo, informó en esa época la Unión Eólica Panameña, una de las principales empresas desarrolladoras de proyectos.
12,969 kilómetros cuadrados es el potencial de recursos eólicos entre Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Beneficios De esto:
La energía eólica es una fuente de energía renovable, no contamina, es inagotable y reduce el uso de combustibles fósiles, origen de las emisiones de efecto invernadero que causan el calentamiento global. Además, la energía eólica es una energía autóctona, disponible en la práctica totalidad del planeta, lo que contribuye a reducir las importaciones energéticas y a crear riqueza y empleo de forma local.
De todas estas ventajas, es importante destacar que la energía eólica no emite sustancias tóxicas ni contaminantes del aire, que pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente y el ser humano. Las sustancias tóxicas pueden acidificar los ecosistemas terrestres y acuáticos, y corroer edificios. Los contaminantes de aire pueden desencadenar enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades respiratorias como el asma.
La energía eólica no genera residuos ni contaminación del agua, un factor importantísimo teniendo en cuenta la escasez de agua. A diferencia de los combustibles fósiles y las centrales nucleares, la energía eólica tiene una de las huellas de consumo de agua más bajas, lo que la convierte en clave para la preservación de los recursos hídricos.