¿Que otras evidencias existen ademas de los fosiles para explicar la evolucion?
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La evidencia de un antepasado común en los seres vivos, que han encontrado durante décadas científicos que trabajan en numerosos campos, demuestra la descendencia común de estos seres, que la vida en la Tierra se desarrolló a partir de un último antepasado universal, que la evolución existe y que puede demostrar los procesos naturales que han dado como resultado la biodiversidad de la vida en la Tierra. Esta evidencia apoya la síntesis evolutiva moderna, la actual teoría científica que explica cómo y por qué cambia la vida a lo largo del tiempo. Los biólogos evolucionistas han documentado evidencias de antepasados comunes realizando predicciones verificables, probando hipótesis y desarrollando teorías que ilustran y describen sus causas.
La comparación de secuencias genéticas de ADN ha revelado que los organismos de cercana filogenia tienen un mayor grado de similitud secuencial que los organismos de filogenia alejada. Se pueden encontrar más pruebas de la descendencia común en detritus genéticos como los pseudogenes, regiones del ADN ortólogas a un gen en un organismo relacionado, pero que ya no tienen actividad y parecen estar experimentando un proceso continuo de degeneración por acumulación de mutaciones.
Los fósiles son importantes para estimar cuándo se desarrollaron distintos linajes en la escala temporal geológica. Como la fosilización es un suceso poco común, en la que se debe combinar la existencia de partes duras del cuerpo y la muerte en las cercanías de un lugar donde se depositen sedimentos, el registro de fósiles solo proporciona información dispersa e intermitente sobre la evolución de la vida. La evidencia científica de organismos anteriores al desarrollo de partes duras como conchas, huesos y dientes es particularmente escasa, pero existe en forma de antiguos microfósiles, así como de impresiones de distintos organismos de cuerpo blando. El estudio comparativo de la anatomía de grupos de animales muestra rasgos fundamentalmente similares u homólogos, demostrando relaciones filogenéticas y ancestrales con otros organismos, sobre todo cuando se comparan con fósiles de antiguos organismos extinguidos. Las estructuras vestigiales y la comparación del desarrollo embrionario son un factor esencial del parecido anatómico en concordancia con la descendencia común. Como los procesos metabólicos no dejan fósiles, la investigación de la evolución de los procesos celulares básicos se hace sobre todo por comparación con la fisiología y bioquímica de organismos existentes. Muchos linajes se bifurcan en distintos estados del desarrollo, por lo que es posible determinar cuándo aparecieron ciertos procesos metabólicos comparando las características de los descendientes de un antepasado común. La organización bioquímica universal y los patrones de variación molecular de todos los organismos también muestran una relación directa con ancestros comunes.
Otras pruebas se desprenden del campo de la biogeografía, puesto que la evolución con ancestros comunes proporciona la explicación mejor y más exhaustiva de numerosas cuestiones relacionadas con la distribución geográfica de plantas y animales por todo el mundo. Este hecho es particularmente evidente en el campo de la biogeografía insular. Junto con la tectónica de placas, el antepasado común proporciona una forma de combinar la actual distribución de especies con el registro de fósiles para obtener una explicación coherente de cómo ha cambiado la distribución de los organismos vivos a lo largo del tiempo.
El desarrollo y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos, al igual que la diseminación de formas de plantas e insectos resistentes a los pesticidas, prueba que la evolución causada por la selección natural es un proceso en marcha en el mundo natural. También se han observado casos de separación de poblaciones de una especie en grupos de nuevas especies (especiación), tanto en laboratorio como en la naturaleza. Es más, la evidencia del antepasado común trasciende la experimentación directa en laboratorio con la crianza selectiva de organismos —actual e histórica— y otros experimentos controlados. Este artículo explica los distintos tipos de pruebas de la evolución con antepasado común junto con muchos ejemplos especializados de cada caso
La evidencia de un antepasado común en los seres vivos, que han encontrado durante décadas científicos que trabajan en numerosos campos, demuestra la descendencia común de estos seres, que la vida en la Tierra se desarrolló a partir de un último antepasado universal, que la evolución existe y que puede demostrar los procesos naturales que han dado como resultado la diversidad de la vida en la Tierra. Esta evidencia apoya la síntesis evolutiva moderna, la actual teoría científica que explica cómo y por qué cambia la vida a lo largo del tiempo. Los biólogos evolucionistas han documentado evidencias de antepasados comunes realizando predicciones verifica bles, probando hipótesis y desarrollando teorías que ilustran y describen sus causas.
La comparación de secuencias genéticas de ADN ha revelado que los organismos de cercana filogenia tienen un mayor grado de similitud secuencial que los organismos de filogenia alejada. Se pueden encontrar más pruebas de la descendencia común en detritos genéticos como los eugenesias, regiones del ADN astrólogas a un gen en un organismo relacionado, pero que ya no tienen actividad y parecen estar experimentando un proceso continuo de degeneración por acumulación de mutaciones.
Los fósiles son importantes para estimar cuándo se desarrollaron distintos linajes en la escala temporal geológica. Como la fosilización es un suceso poco común, en la que se debe combinar la existencia de partes duras del cuerpo y la muerte en las cercanías de un lugar donde se depositen sedimentos, el registro de fósiles solo proporciona información dispersa e intermitente sobre la evolución de la vida. La evidencia científica de organismos anteriores al desarrollo de partes duras como conchas, huesos y dientes es particularmente escasa, pero existe en forma de antiguos micro-fósiles, así como de impresiones de distintos organismos de cuerpo blando. El estudio comparativo de la anatomía de grupos de animales muestra rasgos fundamentalmente similares u homólogos, demostrando relaciones filo genéticas y ancestrales con otros organismos, sobre todo cuando se comparan con fósiles de antiguos organismos extinguidos. Las estructuras investigarles y la comparación del desarrollo embrionario son un factor esencial del parecido anatómico en concordancia con la descendencia común. Como los procesos metabólicos no dejan fósiles, la investigación de la evolución de los procesos celulares básicos se hace sobre todo por comparación con la fisiología y bioquímica de organismos existentes. Muchos linajes se bifurcan en distintos estados del desarrollo, por lo que es posible determinar cuándo aparecieron ciertos procesos metabólicos comparando las características de los descendientes de un antepasado común. La organización bioquímica universal y los patrones de variación molecular de todos los organismos también muestran una relación directa con ancestros comunes.
Otras pruebas se desprenden del campo de la biografía, puesto que la evolución con ancestros comunes proporciona la explicación mejor y más exhaustiva de numerosas cuestiones relacionadas con la distribución geográfica de plantas y animales por todo el mundo. Este hecho es particularmente evidente en el campo de la biografía insular. Junto con la electrónica de placas, el antepasado común proporciona una forma de combinar la actual distribución de especies con el registro de fósiles para obtener una explicación coherente de cómo ha cambiado la distribución de los organismos vivos a lo largo del tiempo.
El desarrollo y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos, al igual que la inseminación de formas de plantas e insectos resistentes a los pesticidas, prueba que la evolución causada por la selección natural es un proceso en marcha en el mundo natural. También se han observado casos de separación de poblaciones de una especie en grupos de nuevas especies (especialización), tanto en laboratorio como en la naturaleza. Es más, la evidencia del antepasado común trasciende la experimentación directa en laboratorio con la crianza selectiva de organismos —actual e histórica— y otros experimentos controlados. Este artículo explica los distintos tipos de pruebas de la evolución con antepasado común junto con muchos ejemplos especializados de cada caso