Castellano, pregunta formulada por jp645398, hace 17 horas

que opinaba el filósofo Aristóteles sobre el teatro,la trajedia y la comedia ayuda plis​

Respuestas a la pregunta

Contestado por pilosopalaciosruth
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Respuesta:

La tensión entre poesía e historia no se resuelve simplemente identificando la primera con el discurso filosófico. Pues la poesía trata, a pesar de la generalidad implicada, con caracteres que corresponden a particulares imaginarios, ya que tienen nombres y llevan a cabo acciones individuales en situaciones específicas. Es por este motivo que Aristóteles recomienda a los poetas, al momento de estructurar las fábulas, ponerse en lugar del espectador y hacer como si los hechos se estuvieran desarrollando ante sus propios ojos, con el objeto de hallar lo apropiado y poder advertir las posibles contradicciones (Aristóteles, Poética 187). Existe, por ende, un factor de vivacidad presente en la ficción dramática que impide concebirla como una imitación de abstracciones. En este sentido, Halliwell expresa que conviene pensar los universales en la mímesis poética como un punto intermedio entre la abstracción y la experiencia de sentido común (Halliwell, The aesthetics of Mimesis 194). No como propiedades explícitas del poema ni menos de carácter proposicional. Los universales poéticos no son parte del contenido reflexivo y moralizador de los discursos de los personajes, ya que esto último debería ser cubierto por el término dianoia (Aristóteles, Poética 195) que, como dice Aristóteles, corresponde más bien a la Retórica. En la Poética, los efectos apropiados deben conseguirse mediante los hechos, es decir, deben nacer de la acción misma sin necesidad de "declaración explícita" o enseñanza16, como corresponde al discurso del que habla17. El idealismo del arte imitativo, como expresa Gomá Lanzón, no representa una vuelta al mundo de las ideas platónicas, ya que "no es lo mismo la Idea del hombre que el hombre ideal, la imitación del concepto abstracto que la imitación de la Naturaleza por medio de la representación sensible de un tipo ideal" (132). Lukács se expresa de una manera similar al establecer una dialéctica entre lo general y lo particular en su concepción del realismo estético. Para él, el arte, al igual que el reflejo de la realidad mediante categorías de pensamiento, es capaz de expresar leyes generales sobre los fenómenos del mundo. Pero se debe evitar ver en esta expresión de lo general por parte de la forma artística una oposición a lo particular e individual. De esta manera, sería errado considerar que lo general es solo una expresión del contenido aislado de la forma artística que le ha servido de "medio técnico auxiliar" para su expresión. O, también, concebir lo general solo como un "aditamento mental y abstracto" sin una vinculación orgánica al mundo sensible de la obra. Citando el capítulo 9 de la Poética, argumenta que la conciencia del proceso generalizador en el arte consiste en que lo general o esencial aparezca manifestado en lo particular y fenomenal, coincidiendo ambos en una unidad espontánea. Así, por ejemplo, el reflejo del detalle sería un reflejo justo de la vida, no a causa de que ese detalle se encuentra plasmado en la realidad, es decir, de que tenga carácter referencial, sino porque sería capaz de reflejar el conjunto de la realidad objetiva. Por lo tanto, las determinaciones esenciales de lo concreto, por las cuales se expresan las leyes generales de la naturaleza y la vida, "han de aparecer […] como propiedades concretas, directas y sensibles de los distintos individuos, situaciones, etc." (Lukács 28). En síntesis, si los universales están presentes en la obra poética, lo están de manera implícita, como propiedades encarnadas en la ficción dramática concreta y particular, mediados por la estructura del argumento unitario, y por lo tanto en dependencia de una compresión interpretativa activa por parte del espectador u oyente (Halliwell, The aesthetics of Mimesis 198). Como podemos apreciar en el caso de la tragedia, según Potolsky, a pesar de las emociones que provoca, hay un componente profundamente racional en ella, tanto en su configuración como en las respuestas que exige para su comprensión. Mientras que para Platón las emociones suscitadas por la tragedia son completamente irracionales, Aristóteles les da un fundamento racional. Ya sea como emergidas de la fábula (unidad de acción que incluye acontecimientos penosos y temibles) así como reconocidas por medio de procesos cognitivos (como los implicados en la compasión y el temor18) lo que se sugiere es la exigencia de una operación activa de interpretación. "La tragedia no sólo confirma sus audiencias en la comprensión existente del mundo. Esta provee a aquellos con oportunidades imaginativas para probar, perfeccionar, extender

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