¿Qué obstáculos y dificultades enfrentaba el sistema de monopolio comercial?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El alto costo de la mercancía importada, las altas tasas de interés, la prohibición de envilecer (devaluar) la moneda, y la imposibilidad de discriminar
mediante un proteccionismo tarifario la índole de la mercancía importada, estaban íntimamente vinculados con la expansión del crédito mercantil y las cesiones de crédito. Precisamente, el boom del crédito se produjo porque existía moneda dura y cueros crudos para extraer y remesar a la metrópoli en pago de la
mercancía importada. Mellafe (1959), Morin (1979) y Super (1983) sostuvieron, a diferencia de Romano (1966), que en el pasado colonial rigió una intensa
reciprocidad crediticia que aceleraba la rotación del circulante, reflejada en las
cartas de poder en causa propia y en las cesiones de crédito, sin que ello diera
lugar a la gestación de una burguesía autónoma. Sin embargo, asimilar las operaciones de créditoprivado del Antiguo Régimen a nuestras «monedas escriturales» actuales era, para Vilar (1969), imposible, si no se le tomaba con cautela. En el caso del crédito de venta, mutuo, o fiado, pese a ser endosable, no
era convertible en circulante, según Vilar, por padecer de fecha de vencimiento,
circular en cifras desmedidas, y no ser divisible o fraccionable. Al igual que
hoy las tarjetas de crédito no son implementadas en las investigaciones que refutan la teoría cuantitativa, tampoco podríamos considerar para este propósito
La crisis de circulación y la lucha contra el monopolio comercial español... 151
al fiado y las libranzas. No obstante, para autores como Flynn (1980), el padecer de fecha de vencimiento no le impedía al dinero escriturario convertirse en
un circulante transitorio, que por la ley de Gresbam desplazaba de la circulación doméstica en el mercado mayorista la moneda metálica.
Precisamente, por su naturaleza de circulante transitorio, el crédito mercantil vino, al menos en la esfera del comercio mayorista o de larga distancia, a
sustituir o desplazar la moneda metálica. Asimismo, la plata y los cueros cobrados a los comerciantes del interior, que habían comprado mercancías a crédito en Buenos Aires, eran remesados a este puerto por los apoderados o consignatarios de los comerciantes porteños o peninsulares, funcionando así el
dinero metálico y los cueros como base financiera de una pirámide constituida
por préstamos y créditos, instrumentados mediante letras, libranzas y obligaciones endosables. Estos instrumentos implicaban un mecanismo multiplicador
que convertía los medios de pago en un múltiplo de la moneda metálica. Para
expandir el volumen total de medios de pago actuaba sobre la base metálica un
multiplicador de crédito. Por ello, la masa de medios de pago en circulación
debió de ser en tiempos coloniales muy superior a la que resultaría de computar solamente la circulación de monedas de oro y plata. Al continuar las
inyecciones de medios de pago metálico y crediticio, los comerciantes comenzaron a descontar las obligaciones aumentado así la velocidad de rotación del
circulante. Estas operaciones de descuento deben de haber alentado las importaciones de mercancías europeas y africanas, y la consiguiente salida de metal.
Los medios de pago no metálicos deben de haber sustituido, entonces, al oro y
la plata en la circulación.
Esta inyección de medios de pago escriturario debe de haber alentado también una reducción relativa de las tasas de interés, comparadas con las vigentes
a comienzos del siglo XVIII y con las vigentes en el Alto Perú, aunque siempre
superiores a las prevalentes en Cádiz y los demás puertos de Europa. En cuanto
al nivel de los precios de venta de los productos del mercado interno colonial
impuestos por las burguesías comerciales regionales (dueños de curtidurías y
obrajes textiles tucumanos, de bodegas y viñedos sanjuaninos, y de estancias
de cría de mulas del litoral), como participaban del excedente económico explotado por la burguesía minera, es difícil pensar que siempre pennanecieran
estancados.