que obstáculos debe vencer dorel para llegar al monasterio?
el cuento se llama El espejo Africano
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La vida monástica para los cristianos empezó poco tiempo después de la muerte de Jesús. Los primeros cristianos compartían sus posesiones y llevaban una vida de entrega a Dios.
En el siglo III, san Antonio, un cristiano egipcio —que vivió desde mediados del siglo III al IV— reflexionó sobre las palabras de Jesúsː Ve, vende todo lo que posees y dáselo a los pobres. Entonces él y sus seguidores abandonaron todas sus posesiones y marcharon al desierto de Egipto (en la llamada Tebaida) y Siria. De esta manera creían vivir más cerca de Cristo dedicándose a la oración y la contemplación.
Al principio vivían solos, pero pronto decidieron unirse y habitar en cuevas o chozas construidas por ellos mismos, sencillas pero suficientes como para hacer su vida de oración en comunidad.
En el siglo VI san Benito creó una comunidad y estableció reglas de convivencia que luego sirvieron de base para otras órdenes. Los seguidores de san Benito hacían tres promesas: abandonar todas sus posesiones personales (voto de pobreza), no mantener relaciones sexuales (voto de castidad) y seguir las reglas de la vida monástica obedeciendo al abad (voto de obediencia).
Monasterio Unser Lieben Frauen en Magdeburgo, Alemania.
En la Edad Media, los monasterios evolucionaron completando su entorno con granjas, hospitales y otros edificios.
Más tarde aparecieron otras órdenes que establecieron sus propias reglas,como los cartujos o los cistercienses, monjes benedictinos de estricta observancia conocidos como monjes blancos porque utilizaban hábitos de lana sin teñir. Esta congregación fue fundada en 1098 por san Roberto de Molesmes, san Alberico y san Esteban Harding, en la Abadía de Citeaux, que da nombre a la orden. Uno de sus personajes de mayor repercusión es san Bernardo.
En la segunda década de siglo XIII se crearon dos nuevas órdenes: los franciscanos (1210), que se guiaban por las enseñanzas de san Francisco de Asís, y los dominicos (1216), seguidores de santo Domingo. A diferencia de las órdenes monásticas, las nuevas órdenes mendicantes establecían sus casas —conventos— en las renacientes ciudades y no en despoblados, profesaban la pobreza, combatían la herejía cátara y proporcionaron enseñantes para las nuevas universidades. Sus miembros serían conocidos como «frailes».
Monasterios en Oriente
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