Question

Que nos enseña la siguiente parábola: Érase una vez un rey que sufrió un ataque de sus enemigos, de manera que quedó la ciudad rodeada por ellos y estaba a punto de rendirse. El hijo del rey le dijo a su padre: mándame a mí para que libere a la ciudad sitiada por el enemigo. El padre accedió y mandó a su hijo para liberar la ciudad y a todos sus habitantes. El mismo escogió a los soldados y se fueron a combatir con los enemigos, que estaban conquistando la ciudad. La batalla fue dura, lucharon hasta el agotamiento, por fin lograron la victoria. En la lucha, el hijo del rey cayó herido y estaba a punto de morir. Cuando se repuso de sus heridas, su padre, el rey, fue con su hijo a la ciudad conquistada donde se reunió toda la población. El rey sentó a su hijo a su derecha, y le dijo que premiase a todos aquello que habían combatido valientemente y, que juzgase a los que habían sido traidores y habían facilitado la entrada en la ciudad a los enemigos. Le dio a su hijo todo el poder para gobernar la ciudad que había reconquistado. El padre glorificó a Jesús como hombre y lo sentó a su derecha.

Answer 1

Aquel que toma el mando y el valor en momentos de dificultades aún sin ser el guia, aún sabiendo que podría costarle y piensa con mente de rey aún sin serlo, es aquel que merece estar al lado del rey, aquel lider que lucha y se sacrifica por su pueblo es quien tiene voz para juzgar traidores y maliciosos, aquel que tiene la sabiduría y entrega todo por su pueblo y no por poder es quien tiene la capacidad de hacer justicia