Religión, pregunta formulada por pesantezsoraida, hace 2 meses

Que nos enseña el ejemplo de Juan Pablo II y como podemos imitarlo​

Respuestas a la pregunta

Contestado por fredahyuntastwicea
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Respuesta:

El Papa Juan Pablo II invita a todos los hombres del mundo a que emprendan unidos, con valentía y perseverancia, la construcción de la paz que tanto anhelamos. En su mensaje de Año Nuevo, Su Santidad pide a las autoridades civiles y políticas que aseguren a las religiones respeto y garantías jurídicas; que asuman un vigilante sentido de responsabilidad en prevenir guerras y conflictos y que hagan triunfar el derecho y la justicia.

A los gobernantes les solicita que respeten la conciencia religiosa de cada hombre y no se valgan de la religión para oprimir y ejercer su poder.

En su mensaje, dirigido también a la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, que cumple 25 años de su institución, el Papa recuerda a su predecesor, Pablo VI, e invita a mirar el pasado y verificar los progresos que ha hecho la humanidad para alcanzar la paz.

Es natural que en esta ocasión mi pensamiento se dirija, con la admiración y gratitud de siempre, a la amada figura de mi venerado predecesor Pablo VI, quien, con feliz intuición pastoral y pedagógica, quiso invitar a todos los verdaderos amigos de la paz, a unirse para reflexionar sobre este bien primario de la humanidad.

A distancia de un cuarto de siglo, es igualmente natural mirar al pasado en su conjunto, para verificar si verdaderamente ha progresado o no la causa de la paz en el mundo y si los dolorosos acontecimientos de los últimos meses algunos, por desgracia, todavía en curso han representado un retroceso sustancial al mostrar hasta qué punto es real el peligro de que la razón humana se deje dominar por egoísmos destructores o por antiguos odios.

Al mismo tiempo, la progresiva consolidación de nuevas democracias ha devuelto las esperanzas a pueblos enteros, despertando la fe en un diálogo internacional más fecundo y abriendo la perspectiva a la deseada pacificación .

Aclara Su Santidad que su mensaje no pretende hacer un balance ni un juicio, sino una invitación a reflexionar sobre las vicisitudes humanas y sobre el momento para elevarlas hacia una visión ético-religiosa, en la cual los creyentes deben ser los primeros en inspirarse.

Para Su Santidad, la paz se manifiesta en el deseo de orden y tranquilidad, en la actitud de disponibilidad hacia los demás, en la colaboración y coparticipación basada en el respeto recíproco.

El Papa hace también un reconocimiento a otras religiones existentes, las cuales merecen respeto. La Iglesia Católica dice el mensaje no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque discrepan en muchos puntos de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella verdad que ilumina a todos los hombres.

Para lograr la paz se requiere de ese diálogo interreligioso y del ecuménico. Camino que debe recorrer Pero, para alcanzar la paz falta aún camino por recorrer. Ese camino tiene que ver con el mutuo conocimiento, el perdón generoso, la reconciliación fraterna, la colaboración, incluso en sectores restringidos o secundarios, pero que llevan siempre a la misma causa; es el camino de la convivencia cotidiana de compartir esfuerzos y sacrificios para alcanzar el mismo objetivo.

En su mensaje de Año Nuevo, Su Santidad invita a los creyentes a realizar un serio examen de conciencia para estar mejor dispuestos a escuchar la voz del Dios de la paz y dedicarse con renovada confianza a esta gran tarea.

Finalmente, Su Santidad recuerda el respeto de la libertad religiosa y exhorta a los responsables de las naciones y de la comunidad internacional a que no caigan en la tentación de servirse de las religiones, instrumentalizándolas como un medio de poder, especialmente cuando se trata de oponerse militarmente al adversario .

A las autoridades públicas les pide que se esfuercen en prevenir guerras y conflictos, en hacer triunfar el derecho y la justicia, y favorecer, al mismo tiempo, un desarrollo que redunde en beneficio de todos.

En este momento deseo dirigir una exhortación particular a todos los cristianos. La misma fe en Jesucristo nos compromete a dar un testimonio concorde del Evangelio de la paz . Nos toca a nosotros, en primer lugar, abrirnos a los demás creyentes para emprender unidos a ellos, con valentía y perseverancia, la obra grandiosa de construir aquella paz que el mundo desea, pero que en definitiva no sabe darse .

Explicación:


pesantezsoraida: gracias
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