¿que nos cuentan a la parte final del cuento de Cholito en los Andes magicos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Aver reconócelo, ¿es o no es tu pueblo?
Cuando mis ojos se acostumbraron de nuevo a la luz del sol, luego de haber atravesado un largo túnel lleno de tinieblas por donde me trajo la muchacha, boquiabierto me quedé reconociendo en primer término el alto y corpulento eucalipto, orgullo de mi tierra, que se alzaba casi tocando las nubes con su ramosa copa y que era visto por los viajeros de los más apartados lugares.
Después fue que me fijé en las chacritas, rodando por las lomadas, (p.29)
y en las casitas que humeaban a esa hora, ya tardecita, en que preparaban la merienda.
-- Sí, niña, mi pueblo es -- respondí agradecido.
Una curiosidad me entró antes de echarme a correr: ¿dónde estábamos exactamente? ¿Por cuál lugar habíamos salido?
Me fijé bien entonces, y lo reconocí: era el túnel de una de las minas abandonadas de Llushca, minas que hace qué tiempos ya sería dizque los portugueses sacaban plata. Vaya, dije entre mí, nunca pensé que estas minas comunicaran con el infierno. Eso se me ocurrió pensando en que la casa del supay sería la boca por donde se entraba a ese lugar maldecido.
-- Ahora sí -- me dijo la muchacha sacándome de mis pensamientos -- debo volverme, mientras tú visitas a tus familiares. Pero de acá a tres días de nuevo nos veremos.
-- ¿Dónde, niña, en qué parte?
-- Aquí más arriba nomás, en los alrededores de la laguna de Wiri, donde verás mi casa.
-- Bueno, niña -- le dije entonces mirando el camino, desesperado ya por reunirme con los míos.
-- Espera -- me dijo cuando daba el primer paso --, quiero hacerte una advertencia.
-- ¿Qué nomás será? -- puse atención.
-- Llegando a tu casa por nada vayas a probar comida con sal, tampoco ají; si lo haces, ya no podremos vernos, ¿comprendes?
-- Bueno, niña, lo tendré presente.
Hice la prueba de alejarme.
-- Espera -- de nuevo me detuvo.
-- ¿Sí?, ¿qué será?
-- Llévate esto -- diciendo me alcanzó una alforjita levantándolo del suelo, que antes no había visto yo --, en un lado va oro y en el otro plata; cuando tengas hambre sólo esto vas a comer.
Asustado miré si era cierto. Pero no. Maíz blanco nomás iba en el que decía plata y maíz amarillo en el otro en vez de oro.
-- Así será su significado seguro diciendo me eché a correr después que duro apretara mi mano la muchacha, despidiéndose
Explicación:
listo