que nos comenta la historiadora María Isabel San Pablo rol de las mujeres
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La literatura en el siglo XIX se convirtió en una de las principales armas para construir y
difundir las nuevas identidades latinoamericanas. La llegada de las independencias trajo consigo
la necesidad de crear nuevos roles sociales que forjaran y ensalzaran los valores patrióticos
deseados. La figura de la mujer desempeñaba en estos proyectos fundacionales un papel
fundamental y, por tanto, se dotó a esta de una serie de características que se creían propicias
para la consolidación de los nuevos estados.
La presente investigación pretende analizar la función social del bello sexo en cuatro
novelas (Sab, Alberto el jugador, María y Margarita) con la intención de definir cuáles y cómo
eran los arquetipos de mujer que a través de estas se propagaron. Con ello se procurará demostrar
que, a pesar de las enormes diferencias que existen entre unos títulos y otros, se pueden
establecer una serie de patrones comunes respecto al rol femenino que transmiten.
Además, en este estudio se intentará probar que, durante la segunda mitad del diecinueve,
se produjo una progresiva evolución en la caracterización del bello sexo en la ficción, la cual
habría estado íntimamente ligada a la lucha de las escritoras por afianzar la posición de la mujer
fuera del ámbito privado.
1.2 Metodología y proceso de la investigación
Para poder analizar el rol social que desempeñaba la mujer en la ficción hispanoamericana
del siglo XIX se realizará una investigación de feminismo e historiografía literaria. En esta se
analizarán las obras de tres autoras de la época y se pondrán en contraste con la de un conocido
escritor de este periodo. En la elección de los textos se han tenido en cuenta tanto factores
intratextuales como extratextuales, ya que estos han sido seleccionados siguiendo criterios
cronológicos, geográficos y comerciales.
En primer lugar, para observar si se produjo o no una evolución del rol femenino se han
escogido creaciones de diversas décadas del diecinueve. Sab, de Gertrudis de Avellaneda, fue
escrita en 1841; Alberto, el jugador, de Rosario Orrego, se escribió en 1860, María, de Jorge
Isaacs, apareció en 1867 y Margarita, de Josefina Pelliza de Sagasta, vio la luz en 1875.
En segundo lugar, se ha procurado que las novelas elegidas correspondieran a lugares
geográficos distintos, para que las diversas circunstancias históricas de cada uno de los países
hispanoamericanos no ofrecieran un retrato literario de la mujer que fuera exclusivo de una