qué necesita primeramente para que el color resalte y tenga vida?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si al ver los cuadros que pintas sientes que parecen opacos, sin vida o que en algunas zonas se ven como “sucios”, o se te dificulta conseguir los colores de las sombras y las luces, entonces este artículo te caerá de maravilla, porque abordaremos una tema crucial para lograr resultados más profesionales.
Explicación:
Cómo el principiante aclara y oscurece los colores
“Para aclarar un color le pongo blanco, y para oscurecer le pongo negro”
Esta manera de pensar está dada por un razonamiento bastante lógico, ya que las sombras están relacionadas con la oscuridad, y ésta a su vez con el color negro, mientras que por su parte, la claridad se enlaza con la luz y ésta con el blanco.
Sin embargo, un brillante y cálido color rojo pierde su vivacidad al mezclarse con el blanco, convirtiéndose en un frío rosa pálido, muy hermoso de por sí, pero muy diferente al matiz original.
cambio de temperatura color rojo aclarado con blanco y amarillo formas de oscurecer el color amarillo, verde oliva y café
color amarillo oscurecido con negro (izquierda) y con rojo y azul (derecha)
Quizá has sentido cierta timidez o miedo al poner sombras y luces, porque has visto cómo el negro “ensucia” los colores, y cómo el blanco los opaca, así para no hacer muy notorio este efecto los aplicas en menor cantidad. Esto conlleva además de obtener pinturas muy opacas y agrisadas, unas obras aburridas por su poco contraste de valores, es decir, con pocas variaciones entre tonos claros tonos oscuros.
El uso del blanco para aclarar
El blanco más utilizado en los óleos es el blanco de titanio, pero es el más opaco y su efecto sobre los colores con transparencia es muy marcado. Si bien existen otros blancos como el blanco de zinc que tiene más transparencia, requiere cierta pericia para su manejo pues es quebradizo y se debe evitar en las primeras capas o capas gruesas.
Usar este color no es del todo descabellado como argumentaban los impresionistas que lo eliminaron de su paleta, y aunque bien podemos prescindir en algún momento de él y obtener el negro a partir de otros colores, puede ser de una gran ayuda para obtener pinturas impactantes, en especial en paisajes y obras abstractas, así como para acentuar las sombras más oscuras, pero como lo he comentado anteriormente, hay que utilizarlo con pericia para no “embarrarlo” por el resto de colores produciendo una apariencia desagradable.
Su uso en estado puro no es muy habitual, pues es uno del los pigmentos que secan más lento, puede verse poco natural y es uno de los que dejan más brillo al secarse, así que suele usarse mezclado con colores de secado más rápido como tierra de sombra tostada o azul ultramar.
Si no estás familiarizado con la rueda de colores, te invito a leer el artículo “Teoría del color”, así como “Nuestra propia rueda de colores”, para que comprendas mejor la parte que sigue.
Lo importante es que dependerá más de cómo veas el color pues todo depende de la temperatura que ilumina el sujeto, el material que lo compone, la atmósfera circundante, las coloraciones de los objetos que lo rodean, etc. Es decir, no hay una fórmula exacta y mágica. De hecho, se pueden combinar métodos y técnicas para lograr los resultados deseados, como por ejemplo hacer luces o sombras frías y luego darles una temperatura más cálida mediante veladuras.
Amarillo cadmio medio
Para aclararlo nos vamos a su color adyacente más ligero en la rueda de colores que sería un amarillo limón, aumentando su cantidad progresivamente, y al final como no tenemos un amarillo más claro añadimos poco a poco el blanco.
Para oscurecerlo, necesitaríamos pasar por un naranja, que está al lado del amarillo en la rueda de colores, y lo formaremos agregando poco a poco el rojo cadmio, que es el rojo más cercano al amarillo. Luego vamos haciendo la transición con el rojo alizarina crimson que es más oscuro.
Rojo cadmio
Usaremos prácticamente la misma estructura anterior, considerando que hacia la claridad está el naranja y luego el amarillo, y hacia la oscuridad está un rojo más oscuro como el alizarina crimson y luego el violeta que resultará al sumar el azul ultramar.
Azul cerúleo
Para oscurecerlo agregamos el otro azul que tenemos, el ultramar, que es más oscuro, y luego un alizarina crimson para continuar el paso al violeta, que es el que sigue en la rueda de colores. Simultáneamente introducimos sombra tostada y si deseamos un poco de amarillo cadmio para conservar algo de la calidez del azul original.
Colores secundarios
Si posees una paleta más extensa puedes hacer uso de otros colores para optimizar las transiciones, como el amarillo ocre, siennas, el azul phtalo, amarillo de Nápoles, magenta, violetas, etc.
– Con sólo blanco y negro
– Con colores complementarios
– Con los colores adyacentes