Que mensaje te deja la historia del texto?
Un joven acudió una vez a un anciano y le pidió que orara por él: – “Me doy cuenta que estoy cayendo continuamente en la impaciencia, ¿podría orar por mí para que pueda ser más paciente?”. El anciano accedió. Se arrodillaron, y el hombre de Dios comenzó a orar: – “Señor, mándale tribulaciones a este joven esta mañana, envíale tribulaciones en la tarde…” El joven le interrumpió y le dijo: - “¡No, no! ¡Tribulaciones no! ¡Paciencia!”. -“Pero la tribulación produce paciencia –contestó el anciano–. Si quieres tener paciencia, tienes que tener tribulación”. Cualquier caminante necesita echar mano de la paciencia, pues el camino es largo, arduo y costoso, expresaba san Juan de la cruz y en todo camino se presentan dificultades y tribulaciones de todo tipo. La vida cristiana se llama en los Hechos de los Apóstoles “el camino” (9,2; 18, 25, 24,22). En este camino hacia Dios abundan las pruebas y caídas (1P 1, 7) las grandes privaciones (1Co 9, 24-26) y el hacerse violencia (Mt 11, 12). Pero en esta carrera el ser humano no camina solo, Dios es su acompañante. El ser humano es un ser en camino, eterno peregrino a la casa del Padre; en esta marcha se encuentra con encrucijadas: caminos que conducen a la vida y caminos que conducen
a la muerte y se presentan peligros, riesgos, dificultades de todo tipo. Para superarlos y no ceder al cansancio ni al desaliento, es necesario tener los ojos bien fijos en la meta y estar bien motivados. El ser humano está en continua elección: escoger la vida y seguir por el camino recto, estrecho y empinado, o escoger lo fácil, el camino de muerte. El seguir a Jesús requiere el poner los ojos en él, en tener sus mismos sentimientos y actitudes, en dar la vida. Y en este camino se sube bajando, se entra saliendo, se es espiritual, encarnándose y se gana la vida perdiéndola. Es un camino totalmente imprevisible, en él abundan las pruebas y caídas (1P 1,7) grandes privaciones (1Co 9, 24-26) y hay que hacerse violencia (Mt 11,12). Pero en esta carrera el ser humano no camina solo, Dios es su compañero; por eso tenemos que tener
confianza y saber que él nos acompaña. Jesús nos invita a seguirle, a caminar con él. La Biblia habla de camino, sendero, vía (Dt 30,15-16) y de la necesidad de escoger
un camino u otro, el de salvación o el de perdición para la persona, de vida o de
muerte (Dt 30,1-5). Quien lo ve a él, ve al Padre (Jn 14, 9). Él es el camino que nos lleva al Padre, la única posibilidad que tiene el hombre de encontrar la plenitud de la
vida: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí” (Jn 14, 6). Para que Jesús pueda acompañarnos necesitamos
desearlo y permitirle que camine con nosotros. Y en este caminar con él necesitamos confiar en él, perseverar y tener paciencia; pues además de una confianza y fidelidad a toda prueba se necesita perseverancia, pues en cualquier campo de la vida no se adelanta nada sin constancia ya que cualquier proyecto necesita tiempo y esfuerzo para echarlo adelante.
jgsarmiento:
es mucho texto
Respuestas a la pregunta
Contestado por
1
Respuesta:
No me la seee
Explicación:
Y no voy a leer todo eso
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