¿ que mensaje manda la música patria?
escuchar y escribir una reflexión de que trata
me podria ayudar es muy urgente
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
espero que te sirva:
Explicación:
El periodista, escritor y realizador de Cine Jorge Pastor Asuaje ("El Día que cambió la Historia") envió la reflexión que se publica a continuación y que Identidad Cultural suscribe en todos sus términos:
Compañeros y amigos: el acto de anoche en Plaza de Mayo fue excelente, por la alegría y por el contenido político que tuvo, coronado por el discurso de Cristina, que a mi modesto entender fue uno de los mejores que le he escuchado, aunque yo no sea uno de sus principales admiradores. Pero creo que hay un aspecto sobre el que debemos reflexionar.
Ayer se realizó una interpretación muy particular del Himno Nacional, que desde el punto de vista artístico puede gustar o no, eso es simplemente cuestión de gusto. Pero nunca se pudo escuchar con claridad la melodía original completa y no se lo cantó completo.
No me parece mal que se hagan versiones innovadoras en otros ritmos, hay incluso una compilación de excelente calidad artística en la cual el Himno fue recreado en ritmos que van desde el carnavalito a la chacarera, pasando por el tango y la cumbia, pero respetando la melodía original. La versión de anoche no respetó tanto esa melodía, tal vez por las limitaciones sonoras que tenía al ser casi todo a base de percusión. A pesar de eso, se puede decir que como espectáculo resultó muy atractivo. Sin embargo, creo que hay un problema que es más de fondo:
El Himno es un símbolo de identidad colectivo cuyo fin es que lo puedan interpretar todos los que se identifican con algo, en este caso con la nacionalidad argentina. Lo importante no es la calidad de la interpretación, si no el sentimiento que se pone en ella. Al cantar el Himno cada uno pone lo mejor que tiene de si, aunque cante mal; los mezquinos, los miserables, seguramente pondrán muy poco, aunque tengan buena voz. El Himno es un símbolo, no un espectáculo, y ayer se privilegió el espectáculo. El problema de convertirlo en espectáculo es que se transfiere el protagonismo colectivo al protagonismo de unos pocos (los actores o los cantantes en este caso). Eso es algo que impusieron los americanos, que vieron en la interpretación de su himno la posibilidad de publicitar a sus estrellas de la canción, pero nosotros no debemos seguir ese rumbo. Por otra parte, hemos tomado la costumbre de tararear los últimos acordes, pero sin cantar la letra entera; que tiene su razón de ser, como lo tiene lo de recordar toda la historia. Y ese acortamiento tiene que ver también con una razón comercial e ideológica: se impuso en los partidos de fútbol internacionales, para respetar las pautas publicitarias internacionales de la televisión. Como el Himno es muy largo, se decidió acortarlo (se hizo también con los himnos de otros países). El riesgo con esto es que el resto del Himno termine desapareciendo en función de potenciar el espectáculo y eso sería como empezar a ponerle más colores a la Bandera para hacerla más vistosa. Va a ser más vistosa, es cierto, pero ya no va a ser nuestra Bandera, la que hizo jurar Belgrano y bajo la cual murieron tantos patriotas, ese es el valor que tienen los símbolos.
Los símbolos tienen el valor de condensar la historia y los significados en elementos muy sencillos, que conservan ese valor en tanto y en cuanto mantengan una base inalterable. Eso que hace que todos se puedan identificar en ellos. Por eso compañeros, propongo que de acá en más no sean los artistas los que canten el Himno, si no todos los presentes en los actos. Porque el Himno no debe servir para el lucimiento de unos pocos, sino para que podamos expresar nuestro sentimiento todos.
Nota de Redacción: Hace pocos días, celebrando el cumpleaños de un amigo entrañable, después de haber almorzado un rico asado y de que se apagaran las velitas, cantamos el "que los cumplas feliz", la mitad de los presentes la "Marcha peronista" y a unos pocos se le ocurrió cantar el Himno Nacional. Desde que me enseñaron en mi casa y en la escuela (la de hace sesenta años) que el Himno Nacional, la Bandera Argentina, el Escudo y también la Escarapela (aunque las leyes no estén claras en este último caso) son símbolos nacionales y, como tales representan a todos los argentinos sin excepción y que no deben ser objeto de ninguna manipulación irrespetuosa, nunca acepté de buen grado, por más vinos que uno haya tomado, hacerlos objeto (a los símbolos) de manoseo "artístico" ni "deportivo" y mucho menos de diversión de sobremesa. Por eso ese día (del cumpleaños citado) no solo no canté el remedo de himno que algunos hacían, ni me puse de pie como SIEMPRE hago cuando comienzan a oírse los primeros sones de nuestra Canción Patria. Porque, como dijo el laureado filósofo Juan Pueblo: "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa".
Ricardo Luis Acebal.