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Respuesta:
Eduardo II (en inglés moderno, Edward II) o Eduardo de Carnarvon (25 de abril de 1284 - 21 de septiembre de 1327) fue rey de Inglaterra desde 1307 hasta su deposición en enero de 1327. Cuarto hijo de Eduardo I, se convirtió en heredero del trono inglés después de la muerte de su hermano mayor Alfonso. A partir de 1300, acompañó a su padre en campañas para pacificar Escocia y, en 1306, fue nombrado caballero en una gran ceremonia en la abadía de Westminster. Sucedió a su padre en el trono en 1307. En 1308, se casó con Isabel de Francia, hija del poderoso rey Felipe IV, como parte de un esfuerzo de gran alcance para resolver las tensiones entre las Coronas inglesa y francesa.
Eduardo II de Inglaterra
Rey de Inglaterra
Seal of Edward II-2.jpg
Gran sello de Eduardo II en su trono.
Reinado
8 de julio de 1307-20 de enero de 1327
Predecesor
Eduardo I
Sucesor
Eduardo III
Información personal
Coronación
25 de febrero de 1308
Nacimiento
25 de abril de 1284
castillo de Caernarfon, Gwynedd, Gales
Fallecimiento
21 de septiembre de 1327
(43 años)
castillo de Berkeley, Gloucestershire, Inglaterra
Entierro
catedral de Gloucester
(20 de diciembre de 1327)
Religión
católico
Familia
Casa real
Plantagenet
Padre
Eduardo I de Inglaterra
Madre
Leonor de Castilla
Consorte
Isabel de Francia (matr. 1308; viu. 1327)
Descendencia
Eduardo III
Juan de Eltham
Leonor de Woodstock
Juana, reina de Escocia
Royal Arms of England (1198-1340).svg
Escudo de Eduardo II de Inglaterra
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Tuvo una relación cercana y controvertida con Piers Gaveston, quien se había unido a su casa en 1300. La naturaleza precisa de la relación de Eduardo y Gaveston es incierta; pudieron haber sido amigos, amantes o hermanos juramentados. La arrogancia y el poder de Gaveston como favorito de Eduardo provocaron el descontento entre los barones y la familia real francesa; el rey inglés se vio forzado a exiliarlo. Tras el regreso de Gaveston, los barones presionaron a Eduardo para que aceptara amplias reformas llamadas Ordenanzas de 1311. Los nuevos barones empoderados desterraron a Gaveston, a lo que el rey inglés respondió revocando las reformas y trayendo de vuelta a su favorito. Liderados por el primo de Eduardo, el conde de Lancaster, un grupo de barones capturó y ejecutó a Gaveston en 1312, lo que provocó varios años de confrontación armada. Las tropas inglesas retrocedieron en Escocia, donde Eduardo fue derrotado decisivamente por Roberto I Bruce en la batalla de Bannockburn en 1314. Siguió una hambruna generalizada y crecieron las críticas al reinado de Eduardo.
Miembros de la familia Despenser, en particular Hugh «el Joven», se hicieron amigos íntimos y consejeros de Eduardo, pero en 1321 Lancaster y muchos de los barones se apoderaron de las tierras de los Despenser y obligaron al rey inglés a exiliarlos. En respuesta, Eduardo dirigió una corta campaña militar, en la que capturó y ejecutó a Lancaster. Eduardo y los Despenser fortalecieron su control sobre el poder y revocaron formalmente las reformas de 1311, ejecutaron a sus enemigos y confiscaron propiedades. Incapaz de progresar en Escocia, Eduardo finalmente firmó una tregua con Roberto I. La oposición al régimen creció; cuando Isabel fue enviada a Francia, para negociar un tratado de paz en 1325, se volvió contra Eduardo y rehusó regresar. Isabel se alió con el exiliado Roger Mortimer e invadió Inglaterra con un pequeño ejército en 1326. Eduardo fue derrotado y huyó a Gales, donde fue capturado en noviembre. Fue forzado a abdicar en enero de 1327 en favor de su hijo de catorce años, Eduardo III, y murió en el castillo de Berkeley el 21 de septiembre, probablemente asesinado por orden del nuevo régimen.
La relación de Eduardo con Gaveston inspiró la pieza teatral de 1592 de Christopher Marlowe, Eduardo II, junto con otras obras de teatro, películas, novelas, etc. Muchos de estos se han centrado en la posible relación sexual entre ambos hombres. Los contemporáneos de Eduardo criticaron su actuación como rey y señalaron sus fracasos en Escocia y el régimen opresivo de sus últimos años, aunque los académicos del siglo xix argumentaron posteriormente que el crecimiento de las instituciones parlamentarias durante su reinado fue un acontecimiento positivo para Inglaterra a largo plazo. El debate ha continuado en el siglo xxi en cuanto a si él era un rey perezoso e incompetente o simplemente un gobernante renuente y finalmente fracasado.