que me. ayuden con un cuento en segunda persona por favor
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El protagonista eres tu
Explicación:
Mientras admirabas las finas gotas de agua que dejaba caer el cielo, la tormenta incesante aumentaba en intensidad. Tu mirada reflejaba una expresión serena, como si aquella tormenta de verano no te hubiera sorprendido.
En aquel instante de tranquilidad te volviste y te dirigiste hacia la puerta. Cuando tus manos hicieron girar lentamente el dorado pomo, algo pasó que te hizo retroceder. La luz titiló, la ventana se abrió de par en par y el cerrojo no te dejó salir al pasillo.
En aquella casa de colonias, en ese momento, todo era silencio. Esos segundos duraron bien poco: según parecía, lo mismo que había pasado en tu habitación, pasó en todas. Ya que todas las personas de ese lugar rompieron en gritos. La desesperación se palpaba dentro del edificio mientras fuera, una cortina de agua arrastraba la tierra del suelo.
Mientras el tiempo transcurría incansablemente, tu mente pensaba maneras de salir de la habitación. Saltar desde la ventana era demasiado arriesgado; intentar derribar la puerta, imposible; nada, nada se podía hacer. Te estiraste en la cama, dormitaste, pensaste… Una lágrima resbaló por tu cara: tu familia no debía saber lo que estaba pasando. Ni siquiera tú lo sabías.
Abriste tu maleta, rebuscaste entre todo lo que había allí: ropa, juegos, jabones, toallas… Al fin encontraste lo que querías: tu yoyó. Empezaste a jugar con él, no sabías muchos trucos, pero para pasar el rato, servía. Hacías subir y bajar el yoyó, le hacías dar vueltas y hacías los trucos del perrito y el columpio. También sacaste el teléfono móvil: no había cobertura pero te divertías retocando fotografías.
En las otras habitaciones, la gente pasaba el rato jugando con sus compañeros de dormitorio (por desgracia, eras la única persona que no lo compartía). Aunque todo pareciera normal, el miedo se había apoderado de las colonias, las puertas no se abrían y la luz seguía parpadeando. De repente, un ruido sordo atravesó el aire y todo volvió a la normalidad. La gente salió de sus habitaciones, las bombillas ya no titilaban y la tormenta se fue apagando.
Aquellos momentos de incertidumbre pasaron a ser una anécdota que fue viajando de boca en boca por las generaciones de tu familia.