Religión, pregunta formulada por valensarche52, hace 10 meses


Que lugar ocupo Jesus en el designo de Dios y porque??​

Respuestas a la pregunta

Contestado por SteveDelMaikra
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Respuesta:

No hay dos designios, uno creador, echado a perder por el pecado del hombre, y luego

un designio de salvación, cuasi-fracaso del primero. Sólo una visión humana de origen

mítico puede proponer dos tiempos en la obra divina. Cierto que el drama del pecado

está en el corazón del hombre y el misterio de Cristo está existencialmente

condicionado por este hecho. Es lo que percibió Santo Tomás, cuya cristología es

esencialmente soteriología. Hoy continúa el misterio de iniquidad en un mundo salvado

por la cruz. Sentimos con San Pablo un áspero combate, cuyo desenlace puede hacer

fracasar el plan benevolente de Dios: permanecemos libres bajo la gracia, y el pecado se

sitúa en el punto de encuentro de esa gracia y esa libertad. Pero, a despecho del pecado,

continúa sin cesar el misterio de la creación, asociada incluso desde dentro al misterio

de Jesús, proclamado Señor sobre toda la obra del Padre. La creación entera, rescatada

desde el primer momento de la Pascua, ha sido glorificada en la Resurrección. En el

pensamiento del Padre creador estaba ya presente el drama de la falta y previsto un más

allá de la caída del hombre.

Explicación:

Contestado por gilgarzonj
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Respuesta:

No hay dos designios, uno creador, echado a perder por el pecado del hombre, y luego

un designio de salvación, cuasi-fracaso del primero. Sólo una visión humana de origen

mítico puede proponer dos tiempos en la obra divina. Cierto que el drama del pecado

está en el corazón del hombre y el misterio de Cristo está existencialmente

condicionado por este hecho. Es lo que percibió Santo Tomás, cuya cristología es

esencialmente soteriología. Hoy continúa el misterio de iniquidad en un mundo salvado

por la cruz. Sentimos con San Pablo un áspero combate, cuyo desenlace puede hacer

fracasar el plan benevolente de Dios: permanecemos libres bajo la gracia, y el pecado se

sitúa en el punto de encuentro de esa gracia y esa libertad. Pero, a despecho del pecado,

Explicación:

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