¿Qué limitaciones imponía la condición de periferia el desarrollo de la Industria en Argentina?
Respuestas a la pregunta
respuesta:El proceso desplegado desde entonces presenta resultados auspiciosos. Un crecimiento industrial del 7,51 por ciento interanual –por encima de la media latinoamericana 2,75 por ciento– vino acompañado de descenso sensible en la tasa de desempleo, reducción de los niveles de pobreza y desigualdad pasando el coeficiente de Gini de 0,578 en 2002, a 0,475 en 2012. Los datos de crecimiento del sector manufacturero, así como los referidos al coeficiente de Gini, han sido obtenidos de la información estadística de la Cepal.
A la reindustrialización reciente se le han señalado limitaciones de orden estructural para impulsar el desarrollo. Diversos estudios han reparado en la escasa diversificación y en la perviviente primarización del tejido industrial, así como en la profundización del proceso de concentración y transnacionalización del sector, como características distintivas del actual desenvolvimiento industrial, que obstaculizan el tránsito hacia un proceso de desarrollo sustentando en un mayor dinamismo manufacturero.
Existe otra limitante de no menor relevancia a la hora de impulsar el desarrollo, que no aparece con tanta frecuencia en la crítica al proceso de industrialización actual. Se trata de una cuenta pendiente histórica de la Argentina: la escasa capacidad de industrializar las regiones tradicionalmente periféricas. Consideramos región periférica a aquella conformada por las provincias que están fuera de la región pampeana –que involucra a Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe–.
La penetrabilidad de la industria manufacturera en las periferias resulta un aspecto fundamental para lograr que el desarrollo adquiera carácter más integral y menos ine-quitativo. Permitiría operar reversivamente, desde la densificación de las estructuras productivas de las regiones periféricas, sobre los desbalances económicos, sociales, institucionales y demográficos que, como bien señalaba el Nobel Gurdan Myrdal, operan acumulativamente para bloquear un proceso de desarrollo más descentralizado, capaz de evitar, entre otras cuestiones, la segregación socio-económica institucional de las regiones periféricas, así como aquellos problemas de marginación y exclusión que emergen en las zonas centrales, producto de la hacinante hiperconcentración urbana en torno de los centros de la pampa húmeda, alentados por la imposibilidad regional extra pampeana de retener sus recursos humanos –fundamentalmente los más jóvenes–. Las provincias de la región pampeana aglutinan el 66 por ciento de la población del país, según datos del Censo Nacional de Población 2010.
Explicación: