Qué le ocurre al vidrio por causa del agua
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Las aguas embotelladas que se comercializan en España están prácticamente libres de los compuestos que emiten los envases de plástico o las chapas que tapan las botellas de vidrio. Sólo se detectan en algunos casos, pero en cantidades muy por debajo de los límites perjudiciales para la salud. Así lo señala un análisis de más de 130 tipos de aguas minerales efectuado por investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC.
Los materiales plásticos que se utilizan para envasar los alimentos están constituidos por pequeñas moléculas o monómeros que, junto a sus aditivos, pueden migrar al producto durante el proceso de fabricación del envase, el llenado o el almacenamiento.
Ahora científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA- CSIC) y el Laboratorio Oliver Rodés se han centrado en aquellos compuestos que se pueden transmitir desde las botellas de plástico o vidrio al agua. En concreto, han analizado cinco tipos de ftalatos –ésteres de ácido ftálico–, el dietilhexiladipato (DEHA), el octilfenol, el nonilfenol y el bisfenol A (BPA).
Estas sustancias son las habituales en la fabricación de los envases, pero pueden tener efectos tóxicos en los órganos reproductores y en el sistema endocrino si superan los límites que marca la legislación sobre materiales plásticos en contacto con alimentos.
Las conclusiones del estudio indican que tanto los envases, sean de plástico o vidrio, como las aguas envasadas son completamente seguros para la salud y cumplen con la legislación vigente”, subraya a Sinc la autora principal, Silvia Lacorte.
De un total de 6.516 valores, solo un 5,6% ofrecieron resultados positivos. Los compuestos que aparecieron con más frecuencia son el DEHP o di(2-etilhexil) ftalato, relacionado con el tapón corona de los envases de vidrio, y el BPA, asociado a los envases de policarbonato, un tipo de termoplástico moldeable habitual en la industria.
Pero las concentraciones son insignificantes y están muy por debajo de los máximos de ingesta total diaria o TDI. Por ejemplo, en el caso del DEHP habría que beber 231 litros de agua al día para alcanzar el límite que marca la legislación (0,05 mg/kg corporal/día) o 124 litros si se tratara del BPA.
“Teniendo en cuenta la concentración de los compuestos y el consumo diario de agua envasada, la posibilidad de desarrollar problemas de salud debido a su ingesta es inexistente”, insiste Lacorte.