Religión, pregunta formulada por mathias1154, hace 1 día

¿Qué le dijo Jesús al pedirle que sus seguidores se callen?
3. ¿Por qué Jesús se enfado al entrar al templo?
4.¿Qué anunció Jesús en la cena de Pascua?
5. ¿Qué le ofrecieron a Judas para traicionar a Jesús?
6. ¿Qué dijo Jesús cuando lo fueron a buscar como prisionero?
7.¿Cómo se portó Jesús al entrar al Consejo?
8. ¿Quién fue Pilato?
9. En la actualidad, ¿Cómo pisoteamos, escupimos, golpeamos a Jesús?
10. ¿Cuáles fueron las últimas palabras de Jesús?


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Respuestas a la pregunta

Contestado por sharonjajjaja
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en la boca, “Satanás entró en él” y lo sujetó a su maligno dominio. Judas salió inmediatamente, abandonando para siempre la bendita compañía de sus hermanos y del Señor. Juan refiere la partida del traidor con esta concisa y ominosa frase: “Y era ya de noche”.

El discurso después de la cena

La salida de Judas Iscariote parece haber disipado hasta cierto punto la nube de completa tristeza que había abrumado a la pequeña compañía; y el propio Señor se sintió palpablemente aliviado. En cuanto la puerta se hubo cerrado tras el desertor, Jesús exclamó, como si ya hubiera logrado su victoria sobre la muerte: “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.” Dirigiéndose a los Once con palabras de cariño paternal, les dijo: “Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”a La ley de Moisés decretaba que hubiese amor mutuo entre amigos y vecinos;b pero en el nuevo mandamiento, por el cual habían de regirse los apóstoles, se incorporaba un amor superior. Debían amarse los unos a los otros como Cristo los amaba; y este cariño fraternal habría de ser uno de los rasgos característicos de su apostolado, por medio del cual el mundo los reconocería como hombres que habían sido apartados.

Las palabras del Señor referentes a su inminente separación de ellos afligió a los hermanos. Pedro le hizo la pregunta: “Señor, ¿a dónde vas?” Jesús le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.” Pedro parece haber comprendido que su Maestro se dirigía a su muerte; y sin embargo, afirmó su disposición, sin amedrentarse, de andar aun por esa tenebrosa vía, más bien que separarse de su Señor. No podemos dudar la sinceridad del propósito de Pedro ni la determinación de su deseo en ese momento. En su intrépida declaración, sin embargo, había contado únicamente con la voluntad de su espíritu, y no había considerado en forma completa la debilidad de su carne. Jesús, que conocía a Pedro mejor que éste se conocía a sí mismo, tiernamente reprobó su desmedida confianza en sí mismo, y le dijo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” El principal de los apóstoles, el hombre de piedra todavía tenía que ser convertido, o como más precisamente lo dice la Escritura “vuelto”;c porque tal como el Señor lo previó, Pedro iba a ser vencido en breve, aun al grado de negar que conocía a Cristo. Cuando aquél firmemente declaró su disposición de seguir a Jesús hasta la cárcel o la muerte, el Señor lo hizo callar, diciéndole: “Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”

Era necesario preparar a los apóstoles para hacer frente a un nuevo régimen, nuevas condiciones y nuevas exigencias; los esperaban persecuciones, y en breve iban a ser privados de la presencia alentadora del Maestro. Jesús les preguntó: “Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada. Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una. Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento.” De acuerdo con esta profecía, Jesús pronto iba a ser contado con los transgresores,d y sus discípulos serían conocidos como partidarios de un criminal ejecutado. Al oír hablar de bolsa, alforja, zapatos y espada, algunos de los hermanos lo tomaron en forma literal, y declararon: “Señor, aquí hay dos espadas.” Con abrupta finalidad Jesús respondió: “Basta.” Ninguna necesidad inmediata de armas les había indicado, y ciertamente no las necesitaba para su propia defensa. Una vez más les había sido imposible sondar su significado, pero más tarde aprenderían por medio de la experiencia.e

Unicamente Juan, de todos los escritores evangélicos, nos proporciona la información que tenemos concerniente al último discurso que Jesús comunicó a los apóstoles antes de su crucifixión; y aconsejaríamos que todo lector estudiara cuidadosamente los tres capítulos en que se preservan estas sublimes palabras para el alumbramiento del género humano.f Notando la tristeza de los Once, el Maestro les dijo que se animaran, que fundaran su aliento y esperanza en la fe en El. “


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