que isieron los europeos ensu primer enfrentamientos en nuestro territorio cuando atacaron a los tlaxcaltecos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El 23 de septiembre de 1519, el pueblo de Tlaxcala firmó una alianza con Hernán Cortés para derrocar a los aztecas y conquistar Tenochtitlán. Escuche la herencia histórica de la alianza en el programa "Un país, la historia de todos, la historia de todos"
Explicación:
Cuando los españoles llegaron al territorio de Tlaxcala, los señores de Tlaxcala hicieron una elección indispensable para el resultado de la conquista española: formaron una alianza. La mayoría de los conquistadores de Tlaxcala nunca regresaron a su tierra. ...
Respuesta:
Dominio Militar
Tlaxcala discutió la solicitud de Cortés. Maxixcatzin, señor de Ocotelulco y el más importante de los señores del consejo en ese momento, pidió que se le recibiera pacíficamente, pero el consejo prefirió guiarse por las palabras de Xicohténcatl padre, señor de Tizatlán, quien recomendaba combatir a los españoles. Cortés, que estaba impaciente porque no regresaban sus embajadores, decidió avanzar y llegó ante una gran muralla de piedra que marcaba la frontera, encontró un paso a través de ella y, ya en terrenos tlaxcaltecas, ganó el primer combate contra el señor de Tecoac. Luego recibió a los enviados del consejo quienes se disculparon por la agresión, explicándole que se trataba de uno acción emprendida por sus aliados otomíes, que vivían en esa zona. Después, el ejército español acampó en el cerro de Tzompantepec, en cuyas cercanías se libraron, en los primeros días de septiembre de 1519, las famosas batallas entre castellanos y tlaxcaltecas, estos al mando de Xicohténcatl Axayacatzin, el joven. En estas batallas se dio la primera muerte a una yegua de los españoles, propiedad de Pedro Cedeño, pero la montaba el alférez Corral. El ejército Tlaxcalteca comandado por Xicohtencatl el joven y con ayuda del guerrero local Chichimecateutli, se retiraron una vez arrancado el estandarte español, pues para ellos esto era signo de haber ganado la batalla por sus costumbres al hacer la guerra. Los restos del animal fueron destazados y mandados a las principales cabeceras tlaxcaltecas para demostrar que no eran dioses como se creía y sirvió como argumento a Xicohtencatl para continuar con el acecho al español. Hubo otras batallas posteriores, pero favorecieron al español, por lo que los tlaxcaltecas optaron por dejarlos pasar a suelo tlaxcalteca y hacer una alianza contra los mexicas.
Cortés descansó 20 días en Tlaxcala, y desde allí envió a Diego de Ordaz con un grupo de tlaxcaltecas a la cumbre del Popocatépetl a conseguir azufre, material indispensable para la fabricación de pólvora, de la que carecía. Por su parte, el Conquistador continuó su camino y arribó a Cholula al frente de seis mil guerreros tlaxcaltecas, quienes acamparon fuera de la ciudad y lo previnieron de una posible emboscada de los cholultecas. Por esa razón Cortés se adelantó y llevó a cabo una terrible matanza que llegó a oídos de los aztecas. Esto, a la postre, sirvió a los españoles para encontrar abierto el camino de Tenochtitlán, ciudad en la que serían recibidos amistosamente por Moctezuma. Apenas alojado en Tenochtitlán, Cortés hizo prisionero a Moctezuma, lo que causó gran sorpresa entre los mexicas.
Desde el principio el pueblo azteca vio con malos ojos a los hispanos, y su disgusto estalló en ausencia de Cortés (que había ido al encuentro de Pánfilo de Narváez), cuando Pedro de Alvarado, uno de los capitanes españoles que había permitido la celebración de una fiesta religiosa, intentó despojar a los indígenas de sus joyas y con simples pretextos desencadenó el asesinato de los mexicas, lo que se conoce como la “matanza del templo mayor”.
Los españoles huyeron hacia Tlaxcala y en el camino murieron casi todos los aliados tlaxcaltecas que los acompañaban. A su llegada fueron bien recibidos. Allí pudieron reponerse de las heridas y además preparar minuciosamente la campaña con la que sitiarían y destruirían finalmente Tenochtitlán. Permanecieron en las casas de Xicohténcatl y Maxixcatzin, con los que Cortés celebró una alianza militar, haciéndoles muchas promesas si obtenía la victoria.
Los mexicas, mientras tanto, enviaban embajadores a todos los pueblos solicitando ayuda y alianza en contra de los españoles. Ofrecían a cambio perdonarles el pago de tributos y devolverles propiedades. Pero ocurrió que la mayoría de los pueblos se alegraban al contemplar la desgracia de los aztecas, sus tradicionales enemigos. Conocedores de ese sentimiento, los jefes de Tlaxcala se reunieron y decidieron apoyar a los hispanos.
Ya seguro Cortés no sólo de la alianza de los tlaxcaltecas, sino de la de los cholultecas y huexotzincas, inició una serie de campañas a partir de agosto de 1520, apoderándose primero de los señoríos que pertenecían a los aztecas y que rodeaban la ciudad de Tenochtitlán.
Finalmente, después de una cruel lucha y un largo sitio, cayó Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521. Allí tuvieron una actuación destacada los generales tlaxcaltecas Cuamatzin, señor de Contla, Tolinpanecatl, de Tepeyanco, y Acxotecatl, de Atlihuetzía.