que invitacion hace el hecho de vivir en sociedad
Respuestas a la pregunta
Nefi fabricó un arco nuevo, Rebeca dio de beber a 30 camellos, José Smith aplicó los principios de Santiago 1:5, Emma Smith creo nuestro primer himnario, el presidente Thomas S. Monson actúa de acuerdo con las impresiones para rescatar a los solitarios, y más importante que cualquier otro acto, el Salvador Jesucristo realizó la Expiación para toda la humanidad. Todos estos hombres y mujeres nobles, sobre todo el Señor, actuaron de acuerdo con los principios verdaderos que comprendían y proporcionaron bendiciones a la humanidad. El sacar a la luz bendiciones requiere acciones precisas.
Cuando los jóvenes aprenden la verdad doctrinal deben hacer más que simplemente aceptarla intelectualmente. Para que la verdad de lugar a las bendiciones y a la conversión personal, debemos vivir según esa verdad. Debemos actuar de acuerdo con ella con fe, aun cuando no sabemos todos los resultados que nuestras acciones pueden traernos. La nuestra es una religión viva, activa, no es pasiva. En el Nuevo Testamento, Santiago habla del hombre que continúa viviendo de acuerdo con la ley divina, “no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Santiago 1:25).
Los maestros eficientes nos invitan a actuar de acuerdo con la verdad
Todos los domingos, los maestros animan a los jóvenes a aprender la doctrina compartiendo y analizando en clase lo que ellos comprenden de las Escrituras, los profetas, la experiencia personal y la revelación personal. Sin embargo, el aprender simplemente la verdad es sólo el primer paso para llegar a ser un fiel discípulo de Cristo. Un maestro eficiente enseña que al vivir la verdadera doctrina de Cristo llegamos a convertirnos a Su evangelio.
El saber que la barra de hierro es la palabra de Dios no es una garantía de que solamente esto “a salvo nos puede guiar” (“La barra de hierro”, Himnos, Nº 179). Debemos tomar medidas y colocar nuestra mano firme y resueltamente sobre esa barra de hierro y, de ese modo, actuar de acuerdo con la verdad que aprendemos. Debemos vivir la palabra de Dios y de hecho actuar sobre ese entendimiento. Como sugiere el curso de estudios Ven, sígueme, aprendemos la doctrina, después la vivimos, y luego compartimos lo que hemos experimentado al aplicar la doctrina en nuestra vida diaria.