que importancia tiene el sueño en la noche boca arriba¿¿
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El narrador es la estrella del relato de Cortázar, juega con el lector para confundirlo y esto lo logra gracias a lo que oculta y a lo que deja ver, situándose en una perspectiva estratégica. Es un narrador omnisciente porque conoce lo que siente el protagonista, lo que hace y lo que ve, pero que no se entromete en los acontecimientos, no emite juicios y es objetivo. El narrador va dejando indicios a lo largo del texto para que nos demos cuenta que el motociclista es realmente un sueño del moteca. Sin embargo, no lo notamos hasta el final del relato.
Algunas pistas que da el narrador son por ejemplo cuando el moteca está en la selva (en lo que el lector cree es el sueño), los olores y sensaciones son más fuertes, más vívidas, incluso el miedo:
«Pero sentía al mismo tiempo que los tobillos se le estaban hundiendo despacio en el barro, y la espera en la oscuridad del chaparral desconocido se le hacía insoportable».
«Primero un olor a pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no volvía nadie… Y todo era tan natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre, y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva».
En cambio cuando el protagonista está en el sueño (en la cama del hospital) todo es borroso, como si no distinguiera claramente ni a las personas ni objetos que se pasean a su alrededor:
«Voces que no parecían pertenecer a las caras suspendidas sobre él, lo alentaban con bromas y seguridades»
«Opiniones, recuerdos, despacio, éntrenlo de espaldas, así va bien, y alguien con guardapolvo dándole de beber un trago que lo alivió en la penumbra de una pequeña farmacia de barrio».
Además por si fuera poco el motociclista no logra recordar algunas cosas del momento del accidente como si hubiera huecos en su memoria:
«Trataba de fijar el momento del accidente, y le dio rabia advertir que había ahí como un hueco, un vacío que no alcanzaba a rellenar. Entre el choque y el momento en que lo habían levantado del suelo, un desmayo o lo que fuera no le dejaba ver nada».
Otros de los indicios diseminados por el texto los da el narrador cada vez que el motociclista se queda dormido:
«Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba olores».
«Tener miedo no era extraño, en sus sueños abundaba el miedo».
DESCRIPCIÓN
Durante todo el relato predomina la descripción de las sensaciones físicas del protagonista: miedo, desorientación, diversidad de olores y constante sed. El uso de descripciones nítidas hacen énfasis en el moteca, el hombre del plano real.
«Gritó de nuevo sofocadamente, casi no podía abrir la boca, tenía las mandíbulas agarrotadas y a la vez como si fueran de goma y se abrieran lentamente, con un esfuerzo interminable. El chirriar de los cerrojos lo sacudió como un látigo. Convulso, retorciéndose, luchó por zafarse de las cuerdas que se le hundían en la carne».
En cambio las descripciones de lo que sucede en el plano onírico son simples, como si se le restara importancia, pero no es más que otra de las diferencias el escritor quiere marcar entre la realidad y el sueño.
«Una enfermera rubia le frotó con alcohol la cara anterior del muslo, y le clavó una gruesa aguja conectada con un tubo que subía hasta un frasco lleno de líquido opalino. Un médico joven vino con un aparato de metal y cuero que le ajustó al brazo sano para verificar alguna cosa».
Explicación: