Religión, pregunta formulada por olgachumacero, hace 1 año

Qué hizo el Samaritano

Respuestas a la pregunta

Contestado por alege28
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El telefilme británico No te involucres con extraños (Passer-by) nos presenta el drama de Joe Keyes, un pasajero  que se abstiene de ayudar a una joven mujer hostigada por dos gamberros en el vagón del tren nocturno donde viaja.  A los pocos días de haber presenciado el incidente, Keyes sabe por la prensa que la muchacha fue violada cuando él bajó del vehículo.  Entonces aquel hombre decide afrontar las consecuencias de su injustificable omisión, y se ve rodeado por el remordimiento, la vergüenza  y la cólera.
No hacer nada cuando alguien  necesita pronto socorro es una conducta usual en nuestro tiempo. De ello pueden dar testimonio miles de personas que en las más horrendas situaciones han esperado en vano el auxilio de transeúntes y vecinos. En los EE.UU. se recuerda todavía el indignante caso del asesinato de Kitty Genovese. El 13 de marzo de 1964,  en una calle de Nueva York, Kitty fue apuñaleada frente a las ventanas de 12 ciudadanos que con la vista o el oído percibieron, a lo largo de media hora, diversos momentos del prolongado ataque. Ni uno solo de los testigos del crimen movió un dedo para interrumpir la agresión o detener al homicida. Según logró establecer la policía, ninguno de ellos había querido “verse implicado en el asunto”. 
En el comportamiento de esos testigos detectó un psicólogo mordaz  el síndrome del mal samaritano. Los hombres y mujeres que con su pasividad  permitieron la muerte violenta de Kitty Genovese (llamada por la revista Life “la moribunda a quien nadie auxilió”) no actuaron según el modelo expuesto por Jesús en la célebre parábola del evangelio de Lucas.
Todos recordamos esa parábola. Al viajar de Jerusalén a Jericó un hombre es asaltado por ladrones que lo dejan medio muerto. Por el camino pasan primero un sacerdote  y después un levita, pero al ver al herido  ambos dan un rodeo y siguen adelante. El infeliz sólo viene a recibir ayuda cuando un tercer viajero —un samaritano— siente compasión por él y se porta como su prójimo.
 Lo que algunos no recuerdan es por qué se cuenta la parábola. Jesús la narra para responder a un doctor de la ley que ha preguntado: “¿Y quién es mi prójimo?” El buen samaritano del relato, miembro de un pueblo aborrecido por los judíos, es el único de los viandantes que asume la proximidad solidaria con la víctima de los salteadores. Al presentarlo como ejemplo, el Señor impugna el restringido concepto de caridad fraterna que impera en el Israel de su época, donde muchos no juzgan moralmente obligatorio amar al extranjero o al apóstata.
En una época caracterizada por el auge de la violencia y el eclipse de la solidaridad, cada vez se nota más la falta de aquellos que descubren a su prójimo en cualquier necesitado. En las sociedades de hoy muchos crímenes y abusos pueden cometerse porque millones de cristianos no aceptan el “compromiso práctico” del que  habla Benedicto XVI en la encíclica Deus caritas est: el compromiso de ayudar aquí y ahora incluso a los desconocidos.  Por eso en nuestros días resulta válido y pertinente preguntar: ¿Qué se hizo el buen samaritano?  ¿Por qué no lo han tenido  Kitty Genovese y otras víctimas?
Sin el buen samaritano no es posible frenar la deshumanización del mundo.
Contestado por levisloelenriqu
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ayudo al hombre que precisaba de ayuda
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