¿Que hare para afrontar el COVID-19 teniendo en cuenta las virtudes de san jose y para mi vida cristiana?
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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Por mucho que los templos cierren y las celebraciones litúrgicas se reduzcan, el creyente cuenta con unas poderosas herramientas interiores
Oración, ayuno y limosna son los pilares de la Cuaresma, la esperanza, la compasión o el servicio combaten el miedo y la incertidumbre
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Mientras el pánico vacía algunos supermercados y los decretos de las autoridades van cerrando algunos comercios por la epidemia del coronavirus, hay recursos de la tradición cristiana que podemos encontrar dentro de nosotros mismos que alentarán espiritualmente la vivencia de esta cuaresma especial. Por eso, esta lista está encabezada por los tres pilares propios de la Cuaresma.
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1. Ayuno
“El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer”, explicaba el papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma de 2018. Desde la fragilidad humana en la que surge el miedo, esta actitud espiritual “nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre”.
2. Oración
Más allá de caricaturas, simplificaciones o ridiculizaciones, la oración en una oportunidad que el creyente tiene para descubrir a Dios dentro de uno mismo, sin más condición que la paz interior para profundizar en la propia situación y en la del mundo.
“Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones. En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. […] Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres”, reclamaba el papa Francisco en la Cuaresma de 2015.
3. Limosna
La caridad nos impulsa a pensar en las necesidades del otro, de quien sufre, de las verdaderas víctimas para saber acompañar su situación. “Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece. Y volver a encontrar así la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad”, señalaba el papa en el Mensaje para la Cuaresma de 2019.
La limosna es una ‘terapia’: “El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida”, reclamaba el Papa en 2018.
Respuesta:
Ser feliz.
reflexionar
tener fe
ser positivo q todo va a terminar