· ¿Qué hacer con tanta basura? Al año, Colombia produce más de once millones de toneladas de basura, de las cuales solo se reciclas dos. Es resto se deposita en rellenos sanitarios, quebradas y ríos.
Respuestas a la pregunta
Cada cierto tiempo se tienen noticias sobre crisis ambientales o sociales en algunos rellenos sanitarios del país. Sin embargo, el cubrimiento mediático pasa y el tema queda en el olvido hasta que nuevamente ocurre algo. Uno de los problemas es el desconocimiento de los impactos en estos lugares que reciben la basura de todos, sumado a que se piensa que solo afectan a las comunidades que viven en sus inmediaciones.
Pero lo cierto es que los sistemas de disposición de residuos sólidos, o rellenos sanitarios, contribuyen en gran medida a generar gases de efecto invernadero relacionados con el cambio climático que afecta hoy al planeta y que hace de Colombia uno de los países más vulnerables. En el artículo ‘Influencia de los rellenos sanitarios en el cambio climático’, el profesor Luis Felipe Pinzón, de la Universidad Militar, menciona que estos sistemas de disposición final son altamente dinámicos en producir gases y que “a partir del quinto año y durante toda su etapa de funcionamiento, tienen la capacidad de contaminar durante muchos años, en especial en lo referente al gas metano CH4, que se estima ocupa el 13 por ciento de las emisiones totales a nivel mundial, y donde su actividad generadora aún perdura, después de clausurado el relleno, por un espacio estimado de 50 años”.
El país todavía tiene un reto muy grande, ya que según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Colombia genera 3,6 millones de toneladas de residuos al día, de las cuales solo recicla en promedio un 17 por ciento, mientras que en algunos países la cifra alcanza el 25 por ciento y en otros 90 por ciento. De hecho, la preocupación ha sido expresada recientemente por el ministro Luis Gilberto Murillo, “tenemos que tomar medidas hoy porque en unos cinco años muchos de los rellenos o sitios de disposición de residuos van a copar su capacidad, entre otros factores porque estamos generando desechos a ritmos muy altos”.
Tener datos reales y confiables sobre la disposición de basuras en todo el país es demasiado complejo e incluso la Superintendencia de Servicios Públicos, entidad encargada de vigilar los rellenos sanitarios, admitió las dificultades tanto presupuestales como logísticas que tiene esta tarea. Por eso, hace poco más de dos meses anunció un nuevo método de vigilancia a través de imágenes y videos tomados con drones para verificar y precisar con mayor efectividad el volumen de los residuos sólidos, la capacidad remanente, el uso adecuado de zonas clausuradas y el estado de las vías en los rellenos sanitarios del país. La entidad ya realizó pruebas piloto en el relleno de Doña Juana en Bogotá y espera implementar este sistema, inicialmente, en los sitios de disposición de las principales ciudades del país: Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga.
Semana Sostenible conoció el último informe nacional de residuos sólidos, que será presentado en los próximos días por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios y el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Si bien sus cifras son con corte a diciembre de 2015, es la información oficial más reciente que se encuentra disponible.
Información dudosa
Los análisis de la Superintendencia de Servicios Públicos muestran un déficit en la oportunidad y calidad de los reportes hechos por los operadores de aseo. Esto es preocupante porque lleva a que el país no conozca la situación de las basuras en 157 municipios. También se desconocen la capacidad y los permisos ambientales de 63 sitios de disposición final.
Otro llamado de atención tiene que ver con la capacidad de diferenciar la cantidad de residuos que llegan a los sitios de disposición final y la cantidad de residuos totales generados. “Hace falta que se tomen medidas para cuantificar la cantidad de residuos aprovechados, de tal forma que se pueda estimar qué fracción de residuos son objeto de disposición final”, reza el informe.
La vida útil de los lugares también es un problema. Encontrar un sitio físico y tramitar el nuevo permiso ambiental tarda bastante y lo más probable es que los municipios que disponen sus basuras en sitios a los que les quedan menos de tres años de funcionamiento entren en crisis. Además, el crecimiento de la población en los centros urbanos hace que la capacidad de almacenamiento de estos lugares se consuma más pronto. “Por otra parte, en muchos municipios no se garantizan ni los recursos financieros, ni la disponibilidad de terreno para implementar la infraestructura de disposición final. Esto pone en riesgo la continuidad del servicio de aseo”, se asevera en el informe de la Superintendencia.
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