¿Qué hace el mendigo, desde su nuevo rol, para mejorar la pobreza y las
penurias del pueblo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
l príncipe, ya como mendigo, descubre un mundo para él desconocido donde es maltratado, pasa hambre y fío, mienras Tom ocupa el lugar del heredero del trono en la placentera vida de palacio, pero termina por sentirse solo y cautivo.
Los dos chicos se enriquecen con las experienciass que les depara esta extraña aventura ya que aprenden una lección: en la vida hay que alimentar la inteligencia y el corazón, y también aprender a ser justo.
Ficción y Realidad
Publicada en 1882, la obra es una novela costumbrista bien documentada históricamente que, al mismo tiempo que alimentaba la curiosidad de la época por la Inglaterra monárquica, afirmaba la superioridad de los ideales democráticos.
Por sus páginas desfilan varios personajes históricos:
Enrique VIII (1491-1547), Rey de Inglaterra.
Se casó con la hija de los Reyes Católicos, Catalina de Aragón. Se alió con el Papa Julio II, con Fernando el Católico y con los venecianos contra Francia. Hizo la paz casando a su hermana María con Luis XII de Francia. Sus relaciones con la Iglesia de Roma sufrieron una crisis decisiva cuando quiso divorciarse de Catalina para casarse con Ana Bolena. El Papa se negó y el Parlamento suprimió las apelaciones a Roma en materia eclesiástica. De este modo Enrique VIII se convirtió en artífice y fundador del anglicanismo (al que se refiere el capítulo del ermitaño). De este modo, pudo anular el matrimonio con Catalina y fue coronada Ana Bolena, quien luego fue acusada de adulterio, por lo que murió decapitada. Ya viudo, se casó con su tercera mujer, Juana Saymour, madre de Eduardo VI. Muerta Juana, se casó nuevamente, esta vez con Ana de Cleves, para lograr su entendimiento con los protestantes alemanes. Se divorció y se casó en quintas nupcias con Catalina Howard, a quien mandó decapitar acusada por adulterio. Su sexta y última esposa fue Catalina. Durante su reinado el Parlamento irlandés lo designó Jefe de la Iglesia Irlandesa y Rey de Irlanda.
En la novela se lo presenta como "un hombre inmenso y muy gordo, de barba canosa y expresión severa, vestido con lujo..." (pág. 36). Cuando se dirige a Tom, creyendo que habla con su hijo, se muestra comprensivo y lo acaricia con ternura pero cuando ordena a todos los miembros de su corte que entretengan al pequeño príncipe, les advierte enérgicamente que "cualquiera que hable de este problema irá a la horca"
Cuando en el Capítulo 9 se anuncia la muerte del Rey, el pueblo exclama "¡Ha terminado el reinado de la sangre!", aludiendo a su crueldad y, en este aspecto, coincide con las características históricas del reinado de Enrique VIII.