Que formas de combustión podemos observar en la naturaleza?
Respuestas a la pregunta
Desde el punto de vista de la teoría clásica, la combustión se refiere a las reacciones de oxidación que se producen de forma rápida, de materiales llamados combustibles, formados fundamentalmente por carbono (C) e hidrógeno (H) y en algunos casos por azufre (S), en presencia de oxígeno, denominado el comburente, y con gran desprendimiento de calor.
Desde un punto de vista funcional, la combustión es el conjunto de procesos químico-físicos, por los cuales se libera controladamente parte de la energía interna del combustible (energía química) que se manifiesta al exterior bajo la forma de calor, para ser aprovechado dentro de un horno o una caldera.3
Respuesta:
Una fogata. Un ejemplo típico es la fogata, que ha acompañado al hombre a lo largo de los siglos. Se trata un montón de materia orgánica (por lo general leña, hojas secas, papel, etc.) amontonada para concentrar el calor y mantener viva la reacción, en contacto con el oxígeno y en presencia inicial de calor (un fósforo, por ejemplo).
Un fósforo. El caso más emblemático de combustión es el del fósforo (cerillas, cerillo, etc.), que no es otra cosa que un palito de madera o de papel encerado, con una cabeza de fósforo y azufre que al raspar contra una superficie rugosa, se calienta por la fricción e inicia una combustión que genera una llama.
Una cocina a gas. Las cocinas domésticas operan en base a la combustión de un gas inflamable, por lo general una mezcla de propano (C3H8) y butano (C4H10), extraído de una cañería o de una bombona y puesto en contacto con el aire y con una carga inicial de energía calórica (como la llama del piloto).
Bases fuertes y materia orgánica. Las bases fuertes como la soda cáustica, la potasa cáustica y otros agentes corrosivos de pH extremo, pueden ocasionar una reacción de oxidación drástica al entrar en contacto con la materia orgánica, pudiendo así quemar por contacto e incluso iniciar incendios, ya que esta reacción es muy exotérmica.
Los fuegos fatuos. Conocidos con este nombre desde la antigüedad y asociados a espíritus y otras manifestaciones sobrenaturales, estas llamas espontáneas que tienen lugar en pantanos y ciénagas de abundante materia orgánica en descomposición (y por lo tanto muchos gases hidrocarburos) es un ejemplo de combustión en la naturaleza.
Los fuegos artificiales. Esos espectaculares despliegues de color, sonido y luz que tanto se disfrutan en navidad o fechas patrias, representan pequeñas detonaciones y combustiones de pólvora y otros elementos contenidos en un cartucho cilíndrico. Al encenderse la mecha, el fuego eventualmente introduce la carga de calor necesaria para iniciar la combustión y ésta para detonar la pólvora en una reacción en cadena.
El disparo de un revólver. De manera similar al caso anterior, las armas de fuego operan en base a la introducción de una chispa de calor, producto del golpe de un pequeño martillo sobre el metal trasero de la bala, que inicia la combustión y subsiguiente explosión de la pólvora contenida a su vez en la munición. Esta reacción es tan violenta que genera la fuerza necesaria para arrojar el plomo hacia adelante con mucha fuerza.
Un motor de combustión interna. Los motores de los automóviles, lanchas y otros vehículos que operan con combustibles fósiles (gasoil, gasolina, keroseno) son un ejemplo cotidiano de combustiones controladas. Éstas consumen los hidrocarburos del combustible y generan explosiones controladas que son transformadas en movimiento, así como gases que son liberados a la atmósfera.
La cremación de un cadáver. Una práctica ritual heredada de civilizaciones antiguas, la cremación de los muertos consiste en someter el cadáver de un ser humano o un animal a la acción del calor de un horno, induciendo así a la combustión de la materia orgánica que lo compone y de la que no suele quedar mucho más que residuos sólidos (cenizas).
Los incendios forestales. Así como las fogatas o los hornos a leña, los incendios forestales son combustiones descontroladas que se transmiten a lo largo de hectáreas de árboles y hojas y materia orgánica inflamable, a menos que se haga algo por detenerlas. En muchos casos son fruto de la inyección de calor producto de la acción del sol intensificada por el vidrio de alguna botella abandonada, que literalmente prende la mecha del incendio.
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