QUE FORMA DE VIDA PROPONE JESUS PARA SER FELIZ
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
¿CUÁL ES EL CAMINO A LA FELICIDAD QUE JESÚS PROPONE?
Todos queremos ser felices. Es algo connatural en todo ser humano. Cuando Jesús inició su proclamación del Evangelio, hizo un discurso en el que expuso las pautas esenciales para la felicidad, y ¿Cuál es el camino de felicidad que Jesús propone? Jesús propone ocho rutas (Bienaventuranzas) que conducen a la felicidad que el mundo no puede proporcionar (Mt 5, 3-11).
En el sentido Bíblico, bienaventurado significa feliz, dichoso. La “vivencia” de las bienaventuranzas es obra del Espíritu Santo en nosotros: Hacer que el evangelio no sea una teoría, sino un modo de vida; que la imagen de Jesús se pueda apreciar en nosotros, y que, como San Pablo podamos decir: “Ya no vivo yo, sino es Cristo el que vive en mí” (Ga 2, 20).
Explicación:
ahí ta seguime
Respuesta:
espero sea lo que buscas... saludos!
Explicación:
Todos queremos ser felices. Es algo connatural en todo ser humano. Cuando Jesús inició su proclamación del Evangelio, hizo un discurso en el que expuso las pautas esenciales para la felicidad, y ¿Cuál es el camino de felicidad que Jesús propone? Jesús propone ocho rutas (Bienaventuranzas) que conducen a la felicidad que el mundo no puede proporcionar (Mt 5, 3-11).
En el sentido Bíblico, bienaventurado significa feliz, dichoso. La “vivencia” de las bienaventuranzas es obra del Espíritu Santo en nosotros: Hacer que el evangelio no sea una teoría, sino un modo de vida; que la imagen de Jesús se pueda apreciar en nosotros, y que, como San Pablo podamos decir: “Ya no vivo yo, sino es Cristo el que vive en mí” (Ga 2, 20).
“Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos”: El pobre de espíritu, según Jesús, es aquel que ya sea que tenga mucho o poco se siente necesitado de Dios. Es el que pone en Dios toda su confianza. Que no cifra su felicidad en las cosas materiales y que agradece a Dios por lo mucho o poco que posee.
“Bienaventurados los que lloran por que serán consolados”: En el contexto del evangelio, el llanto, al que Jesús promete felicidad, es el del que llora por su pecados, que reconoce sus culpas y siente un dolor inmenso delante de su Padre, Dios.
“Bienaventurados los mansos porque heredarán la tierra”: Al llamar manso a alguien, el pueblo normalmente se refiere a alguien un poco tonto, débil, algo ingenuo. Manso viene del término latino” mansuetus”, que, a su vez, se deriva del verbo “mansuesco”, que significa “acostumbrarse a la mano”. El caballo es manso cuando ya se acostumbró a la mano de su amo. Cuando es dócil a la rienda con que lo conduce su amo.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, ellos serán saciados”: En la Biblia, Justicia, no tiene un sentido jurídico, sino más bien indica “la correcta relación del hombre con Dios”. Para el hombre, seguir la justicia, es seguir lo recto, lo que Dios manda. El que busca hacer la voluntad de Dios en todo con la misma ansia del que tiene hambre y sed, será bendecido por Dios por Dios con la paz interna, el gozo, la felicidad.
“Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”: En hebreo misericordia se dice CHESSEDH; denota la capacidad de entrar en otra persona para ver con sus ojos, pensar con su mente y sentir con su corazón. El misericordioso es el que, como Dios, tiene compasión del necesitado, del que está en desgracia y que, a pesar de su condición, lo ama así como es (Stg 2, 13). Es el que, a ejemplo de Jesús, acepta a las personas como son.
“Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”: El corazón limpio es el que ante la Palabra de Dios es hallado sin adulteraciones, sin dobleces (Hb 4,12-13).
“Bienaventurados los que procuran la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios”: La paz se inicia cuando nos ponemos en paz con Dios. Cuando la paz de Dios reina en nosotros. Solo el que está en paz con Dios, consigo mismo y con los demás puede ser instrumento de Dios para ser constructor de la paz. Todos los que, activamente, como Jesús, estén dispuestos a luchar con todas sus fuerzas por llevar la paz a los demás, estarán cumpliendo con una misión divina. Por eso serán identificados como hijos de Dios, es decir, como prolongadores de la paz que Jesús vino a traer a los que conviertan al Evangelio.
“Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos”: Perseguido por causa de la justicia es el que sufre contradicción por tener una relación correcta con Dios. Por ponerlo en el primer lugar de su vida. Por seguir sus mandamientos hasta las últimas consecuencias. Todo cristiano auténtico es perseguido, si alguno nunca ha sido perseguido, debería preguntarse seriamente si es verdadero cristiano.