¿Qué fenómenos pueden originar los temblores?
Respuestas a la pregunta
Un temblor ligero pero medible
Antes de que el volcán comience a expulsar lava y cenizas a la atmósfera, que pueden llegar a decenas de kilómetros de distancia, se produce un temblor ligero pero que los vulcanólogos son capaces de detectar y medir. Este temblor es una de las principales señales que alertan de que la erupción puede ser inminente.
Los científicos han calculado que los temblores que se producen en casi todos los volcanes (minutos o semanas antes de la erupción) se mantienen en una banda de frecuencias estrecha, que oscila entre los 0,5 Hertzios y los 2 Hz. Justo antes de la erupción y durante ésta, la frecuencia llega a su pico más alto, en un rango que va de los 0,5 Hz. a los 7 Hz.
David Bercovici, profesor de Geología y Geofísica de la Universidad de Yale y coautor de este estudio, señala que la sacudida sigue siendo un misterio, sobre todo porque su frecuencia es muy parecida en todas las erupciones explosivas, "tanto si se producen en Alaska, en el Caribe, Nueva Zelanda o Centroamérica". "El hecho de que sea tan universal resulta muy extraño ya que los volcanes son muy diferentes, tanto en su tamaño como en su comportamiento. Es como si cinco instrumentos de viento distintos emitieran la misma música", compara el investigador.
Diferencias entre volcanes
Y es que cada volcán se diferencia de los otros en su estructura, la composición de su magma o su contenido de gas. El modelo matemático descrito esta semana en 'Nature' sugiere que la similitud de los temblores puede ser explicada por lo que los investigadores denominan 'magma wagging' (algo así como el 'meneo del magma'). Es decir, la vibración que se produce cuando el magma que sube entra en contacto con el gas que lo rodea. Los factores que controlan esta vibración apenas varían entre volcanes, lo que explicaría, según este estudio, por qué un temblor similar se da en casi todos ellos.
Los investigadores añaden que, debido a que las erupciones explosivas son uno de los fenómenos más destructivos y espectaculares de la naturaleza, el temblor inicial se convierte tanto en una señal de alarma como en una pista vital para averiguar qué va a ocurrir en el "vientre de la bestia". Su modelo matemático, aseguran, aporta un nuevo marco para comprender la física de los temblores y poder ayudar a predecir erupciones destructivas.