¿Qué factores influyeron en los cambiosterritoriales que sufrió Europa a lo largo de la Edad Media? Indaga, ¿con qué procesos del sigloXX se relacionan los cambios actuales en lasfronteras
europeas? Argumenta.
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Respuesta:
La Baja Edad Media sigue perteneciendo al Medievo, pero, en su evolución, los rasgos sociales y culturales medievales van perdiendo ascendencia, mientras se producen una serie de cambios estructurales que contienen los requisitos para el desarrollo de un sistema social cualitativamente nuevo: la Edad Moderna.
Estos cambios profundos se generan por la acumulación de pequeñas variaciones en todos los ámbitos de la Baja Edad Media. En la escena social y económica, el tránsito significó la aparición de una clase de empresarios (asociados en gremios) y otra de asalariados urbanos que trabajaban, ahorraban y consumían en una economía que, con muchas limitaciones, evoca a la capitalista. La inversión de fondos en distintos campos (manufacturero, comercial y agrícola) llevó a buscar personal cada vez más especializado, lo que elevó el nivel general de la instrucción. La educación se volvió más secular, y surgió un interés nuevo por la ciencia y la técnica.
La progresiva implantación de estas mutaciones se sirvió de una serie factores que no podemos considerar desencadenantes, pero sí determinantes, puesto que actuaron como reguladores e incluso como aceleradores del cambio: la crisis social, económica y agrícola, el hambre, la guerra y, por encima de todos ellos, la peste negra.
La crisis de la Edad Media
Si la Alta Edad Media europea fue una etapa de escasez, de rigidez estructural y de supervivencia ante los enemigos exteriores, en la Baja Edad Media el hombre alza la cabeza por primera vez y otea un horizonte que por fin se lanza a explorar. A la vieja sociedad de monjes, guerreros y labriegos se une ahora el burgués, habitante de los burgos, o ciudades, que complicará con sus reivindicaciones el viejo orden feudal. El desarrollo de la agricultura lleva a una prosperidad económica insólita, que permitirá el florecimiento del arte románico y del gótico, así como el nacimiento de las universidades, y cuyo impulso a las relaciones comerciales abrirá nuevas rutas de comunicación entre los pueblos.
Entre los siglos XI y XIII, estas características dominaron el periplo de la sociedad europea. Sin embargo, con el XIV, la fórmula empezó a mostrar signos de agotamiento. El volumen de la producción agrícola, basada en el roturado y la rotación trienal, perdió equilibrio respecto al crecimiento, mucho mayor, de la población. La alternancia trienal no permitía que las tierras reposaran lo suficiente, y muchos de los suelos roturados no eran lo bastante fértiles. Una sucesión de lluvias torrenciales y malas cosechas dio lugar, entre 1315 y 1318, a hambrunas en buena parte de Europa. “Esta es la tempestad con la que abre el trágico siglo XIV”, diría el historiador francés Jacques Le Goff.