¿¿que estructuras oseas se puede palpar en el antebrazo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:OBJETIVOS DE LA PALPACIÓN: UBICACIÓN Y EVALUACIÓN
Al palpar, se persiguen dos objetivos principales: (1) localizar la estructura objetivo y (2) evaluar la estructura objetivo.
El primer objetivo –y quizás el principal objetivo del terapeuta novato– es localizar la estructura objetivo que se está palpando. Esta hazaña no es fácil de conseguir. Es algo más que tocar los tejidos del paciente. Tocar los tejidos y discernir la estructura objetivo de todos los tejidos adyacentes son dos cosas completamente distintas. Esta habilidad exige que el terapeuta localice todos los bordes de la estructura superior, inferior, medial, lateral e, incluso, superficialmente y en profundidad.
Si la estructura es inmediatamente superficial a la piel, la hazaña no es tan difícil. De hecho, el olécranon del cúbito o un deltoides bien desarrollado puede resultar obvio a la vista y fácil de ubicar sin ni siquiera tener que tocar al paciente. Sin embargo, si la estructura objetivo es más profunda, localizarla puede suponer todo un reto.
Aunque palpar para determinar la ubicación pueda
parecer algo muy básico, es realmente importante, ya que si no es posible localizar con precisión la ubicación de la estructura objetivo, así como discernirla de los tejidos adyacentes, tampoco podrá evaluarse con precisión. Una vez localizada la estructura objetivo, el proceso de evaluación puede empezar. La evaluación requiere la interpretación de las sensaciones captadas por los dedos al palpar la estructura objetivo. Para ello, hay que ser consciente de las cualidades de la estructura objetivo (su tamaño, forma y demás características). ¿Está blando? ¿Está inflamado? ¿Está tenso o duro? Se han de tener en cuenta todos estos factores a la hora de evaluar el estado de la estructura objetivo.
Cabe señalar que aunque en la medicina occidental
no se ha dejado de desarrollar equipos de alta tecnología para el diagnóstico y la evaluación, la palpación con las manos sigue siendo la principal herramienta de evaluación de un terapeuta manual. De hecho,
para éste, la palpación –el acto de recabar información mediante el tacto– es la base de la evaluación. Armado con una ubicación precisa y una evaluación exacta del estado de la estructura objetivo mediante una palpación minuciosa, el terapeuta puede desarrollar un plan de tratamiento efectivo que se puede poner en práctica con confianza.
Explicación:¿QUÉ ES LA PALPACIÓN?
La palpación se puede definir de muchas maneras. La palabra palpación en sí misma proviene del latín palpatio, que significa “tocar”. Sin embargo, definir la palpación como simplemente tocar es demasiado simplista, ya que supone mucho más. El término palpación conlleva
mucho más que simplemente tocar, ya que también exige sentir y percibir lo que se está tocando. En este contexto, la palpación requiere la participación de algo más que dedos y manos. En la palpación también participa la mente. Una palpación bien hecha exige que sintamos con nuestros cerebros tanto como con nuestros dedos. Al palpar, el terapeuta debería concentrarse con un propósito consciente o, dicho de otra forma, debería estar en sus manos. Todos los conocimientos sobre anatomía del terapeuta deben estar integrados en las sensaciones que sus dedos captan en el cuerpo del paciente y que se envían a su cerebro. La mente del terapeuta debe estar abierta a las sensaciones que emite el paciente y, al mismo tiempo, debe interpretarlas con una mente informada. Incorporar un propósito consciente a las sesiones de examen y tratamiento crea una palpación consciente. Aunque la palpación es crucial para la evaluación, sigue siendo sólo una pieza del puzle. A la hora de desarrollar una evaluación precisa, también se han de tener en cuenta la observación visual, la historia clínica, las averiguaciones realizadas a través de procedimientos ortopédicos de evaluación específicos, así como la respuesta del paciente a los diferentes enfoques de tratamiento.