Biología, pregunta formulada por Usuario anónimo, hace 6 meses

que es un platillo autoctono


LizVel18092003: ya me voy comadre
LizVel18092003: hasta después que nos volvamos a hablar
LizVel18092003: igual comadre
LizVel18092003: La amo
LizVel18092003: igual comadre
LizVel18092003: que sueñe con el aidan

Respuestas a la pregunta

Contestado por arangokatherin7
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Explicación:

En el transcurso de los últimos años la cocina tradicional tanto norteña como patagónica y porteña, se han modernizado, han madurado y se han revalorizado, y hoy reafirman su identidad

¿Existe la comida argentina? ¿Se puede hablar de una gastronomía auténticamente nacional? En principio, habría que hacer algunas distinciones, como por ejemplo que los hábitos culinarios de un pueblo no pueden clasificarse únicamente teniendo en cuenta el origen de sus platos más típicos sino también las costumbres y ceremonias que acompañan el momento de las comidas. ¿A quién podría ocurrírsele, hoy, que los ravioles con tuco de los domingos no son nuestros porque los italianos inventaron antes la receta?

Los españoles fueron los primeros en cocinar las verduras y la carne en un plato que llamaron cocido u olla podrida y los criollos rebautizaron con un nombre de origen peruano, el famoso puchero. ¿Pero qué importancia puede tener este dato cuando el puchero fue cena y almuerzo de millones de argentinos durante décadas, borroneando incluso las fronteras de clase y los límites entre la ciudad y el campo?

Las empanadas cruzaron el océano en las alforjas de los españoles, quienes a su vez las heredaron de los moros, pero fue en Argentina donde cada provincia se adueñó de la receta para adaptarla y reinventarla hasta que existieron tantas versiones como para satisfacer a todos. Gracias a los incas conocimos el maíz, pero fueron las cocineras salteñas, jujeñas, chaqueñas y tucumanas quienes agachadas sobre sus ollas de hierro revolvieron kilos y kilos de choclo desgranado hasta convertir al maíz en la base de su dieta.

Por eso, hablar de la comida autóctona es hablar de nuestra propia historia, de la supervivencia de las tradiciones y de la habilidad con que criollos y nativos supieron adaptar y apropiarse de lo que colonizadores e inmigrantes trajeron en sus valijas hasta convertir esos aportes en la raíz misma de nuestra idiosincrasia. Todo esto nos define a la hora de explicar los hábitos, texturas y sabores de nuestra identidad.

Las empanadas, el locro , la humita , el charqui y los tamales son algunos de los platos más típicos norteños, mientras que las milanesas, el pastel de papas, el guiso de lentejas , el asado y el revuelto gramajo están entre los porteños y el cordero, la trucha, el salmón ahumado, los chocolates y los dulces artesanales son los más representativos del sur. Y aunque durante los últimos años la cocina tradicional se ha modernizado, estos platos permanecen. Aquí, un menú autóctono para disfrutar no sólo en las fechas patrias.

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