¿Que es lo que se puede hacer y no se puede hacer siendo turista en la isla aoshima? (el tema que eleji, el cual es biologia no tiene nada que ver con esta tarea, o talvez si pero no le tomen importancia)
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si te decimos que no deberías dejar de visitar la isla de Aoshima en tu próxima visita a Japón, probablemente lo primero que te preguntes es el por qué. Sí, Japón puede parecer un país pequeño, pero esconde secretos en todos sus rincones. No solo por la cantidad de templos, mitología y tipos de comida que existen; sino porque es un país lleno de cosas muy curiosas, que las escuchamos y nos llaman la atención por pequeñas que sean. Las costumbres y forma de vida de los japoneses es única en el mundo, y es lo que les hace ser como son. Eso sí, llegamos a un punto que ya ni nos sorprenden.
Explicación:
A pesar de ser un punto turístico imprescindible para “los locos de los gatos”, no esperes pasar la noche rodeado de mininos. La isla no tiene ninguna tienda, hoteles o restaurantes (¡ni siquiera máquinas expendedoras!); tampoco existen coches en sus calles. Solo cuenta con un ferry, que acude a la isla dos veces al día y que limita su número de pasajeros a un máximo de 34, según . Con tantos gatos por allí y la ausencia de actividad comercial, también se ha convertido en una de las islas más limpias de la zona.
Pero no es la única, porque el país nipón contiene una docena de islas en las que el número de felinos supera con creces al de residentes. Si te dicen que los japoneses están locos por los gatos, te lo puedes creer. La cantidad de “nekojima” (“islas de gatos”) que existen son numerosas. Entre las más famosas está Enoshima (prefectura de Kanagawa, la más cercana a Tokio), Okishima (prefectura de Shiga), una pequeña isla de pescadores; Muzukijima (también en Ehime) o la pequeña Aijima (prefectura de Fukuoka), la que quizá es la más fácil de visitar gracias al “tren bala”.
Los felinos están contentos; el clima es cálido, pueden campar a sus anchas y tienen suficiente comida. Eso sí, últimamente sus visitantes están algo preocupados, ya que la isla está a un paso de convertirse en “La isla de los gatos obesos”, y no solo porque sus residentes los alimentan a diario, sino porque los turistas que van a la isla también les dan comida, lo que provoca que los gatos estén cogiendo peso a la velocidad de la luz. Su ritmo de vida es muy activo, y antes se compensaba porque los gatos vivían de lo que podían encontrar por ahí. Sin embargo, al convertirse en las estrellas de la pequeña isla, podrían estar anticipando un problema de sobrepeso, aunque los medios locales no parecen estar preocupados. Eso sí, recomiendan a los turistas que no se pasen ofreciéndoles comida.