QUÉ ES LA RELIGION SEGUN LA BIBLIA
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cuando la Biblia explica cómo se puede identificar a quienes tienen la religión verdadera, utiliza la siguiente ilustración:
Explicación:
“Por sus frutos los reconocerán. Nunca se recogen uvas de espinos o higos de cardos, ¿verdad?” (Mateo 7:16). Es fácil distinguir qué es una vid y qué es un espino mirando sus frutos. De la misma manera, es fácil distinguir la religión verdadera de la falsa si nos fijamos en sus frutos o características.
Respuesta:
Millones de personas alrededor del mundo consideran la Biblia como una guía autorizada sobre cómo vivir una vida piadosa y justa. Pero entonces, ¿cómo entiende la Biblia la “religión”? ¿Qué es lo que dice?
La respuesta no es tan concreta como nos gustaría pensar. La Biblia en sí misma no es totalmente positiva o totalmente negativa respecto a la religión. Después de todo, en el nivel más básico, una religión es un conjunto de creencias o principios, personales o institucionales profundamente sostenidos. No hay nada de malo con eso en y de sí misma. De hecho, es por esta definición que cada ser humano en la tierra es profundamente religioso.
Pero la cuestión no es si hemos celebrado profundamente las creencias y prácticas—la cuestión es que esas creencias son devotas. Para entender mejor esto, volvamos al libro de Romanos en la Biblia.
Un poco de contexto: El apóstol Pablo abre esta carta compartiendo cómo constantemente da gracias a Dios de que el evangelio está obrando en las vidas de los cristianos en Roma. Quiere ir a visitarlos y fortalecer su fe; de hecho, dice que tiene un gran anhelo de ir a predicarles el evangelio también a ellos.4 No está avergonzado del evangelio, les dice, porque “es poder de Dios para la salvación de todos los que creen.”5
Es evidente que Pablo se siente apasionado por el evangelio, lo que le lleva a escribir el tratado teológico más exhaustivo sobre la obra de Cristo encontrado en cualquier parte de la Biblia. Y comienza con las malas noticias sobre la humanidad:
Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa. A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles. Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.6
En estos versículos, Pablo nos da una idea de la base de la religión. Y lo que él dice es esto: En todo el mundo, fundamentalmente hay solamente dos clases de religiones—la verdadera y la falsa. Una ama a Dios y la otra lo aborrece. Vamos a desglosarlo un poco.
Todas las personas—ya sea que reconozcan o no a Dios—saben que hay un Dios, dice Pablo. ¿Cómo? Porque él se ha revelado en su creación, en “lo que él creó.”7 Si Dios se ha revelado en la creación—si realmente puede ser conocido a través de la belleza y complejidad de la tierra—entonces, de acuerdo con Pablo, debe dársele todo el crédito. Cuando somos testigos del terrible poder y la gran belleza de una tormenta, cuando nos paramos al pie de una montaña y vemos a través del valle desde lo alto de esa misma montaña, cuando por primera vez sentimos un pequeño apretón de la mano de un bebé recién nacido en nuestro dedo…estas experiencias deben hacernos parar y dar gracias al Dios que las hizo posible.
Y sin embargo sabemos que esto no siempre es el caso.