Historia, pregunta formulada por arletgmendoza2, hace 3 meses

que es la religión como biología,no como medio de control de masas​

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Contestado por soloparaonline13
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Explicación:

LA RELIGIÓN ANTE LOS PROBLEMAS SOCIALES

El problema que atañe al catolicismo causado por la crisis estructural

de la institución de lo religioso no está conectado primordialmente a

la estructura de la autoridad y a la manera de gestión particular de la

Iglesia romana. Concierne, por encima de todo (y, en este sentido, vale

para todas las “grandes religiones”), a la posibilidad de que el “capital

de memoria” que constituye cada una de las “grandes religiones” pueda continuar construyendo tradición en la sociedad moderna, o sea,

que pueda representar la continuidad de una gran descendencia de

fe, trascendiendo las distintas comunidades donde esta descendencia

está actualizada de manera plural en el tiempo y el espacio. (HervieuLéger, 2005: 91)

El extracto anterior apunta, por lo menos, a tres aspectos distintos

relacionados con el “problema que atañe al catolicismo”. Primero, rechaza la idea de que tal crisis sería una cuestión dependiente de la

estructura de autoridad y su gestión. Argumentando en esa misma dirección, como expusimos en otro texto (Steil y Toniol, 2013), podemos

afirmar, por ejemplo, que si bien Brasil es cada vez menos católico,

la Iglesia brasileña nunca antes fue tan robusta institucionalmente:

nunca hubo tantas parroquias en el país, y el número de sacerdotes es

el mayor que ha sido observado, así como su proporción en relación

a la totalidad de la población brasileña y de los católicos declarados9

.

Un segundo aspecto que podemos extraer de la cita es el argumento

de que, si no estamos delante de una crisis institucional en la Iglesia

Católica, vivimos una crisis de transmisión del catolicismo. Tal crisis,

que se explicaría vigorosamente cuando el comportamiento religioso

se compara en un recorte intergeneracional, sugiere un último punto

por destacarse, la centralidad del “capital de la memoria” para la comprensión de las “grandes tradiciones religiosas”.

La memoria católica a la cual Hervieu-Léger se refiere se equilibra en una doble tendencia, por un lado, fundada en aquello que

históricamente legitima la Iglesia, o sea, una memoria capaz de universalizar el sentido de pertenencia por medio de rituales, valores y

sacramentos eclesiásticos. Por otro lado, se funda sobre las “pequeñas

memorias comunitarias”, como las nombra la autora; aquellas que

prefieren el mensaje sobre la institución, que prioriza la comunidad

sobre los valores universalizantes que la Iglesia puede ofrecer. Creer

sin pertenecer en una síntesis lapidaria de la socióloga francesa, reflejo de la discontinuidad de la memoria en su descendencia, ya que dejó

de propagarse “naturalmente” en la continuidad de las generaciones.

Reconstruir ese efecto de descendencia guía las acciones de un

catolicismo sin memoria eclesial. Evitar que lo local se convierta en

9 Para la pormenorización de esos datos, ver Steil y Toniol, 2013.  

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Carlos Alberto Steil y Rodrigo Toniol

un localismo es, como sugerimos, la agenda administrativa de la Iglesia Católica que, desde el pontificado de Juan Pablo II, intenta valorar

las iglesias locales a partir de su asociación al patrimonio colectivo

de la Iglesia, cuyo reconocimiento de la pluralidad es, en un contrasentido, la principal arma del ministerio de la unidad contra la pulverización. Los megaeventos que promueven el encuentro del pueblo

católico con su guía no pueden ser vistos fuera de ese marco. Esas

concentraciones son momentos privilegiados de removilización de la

memoria institucional católica, promovidas para provocar una mezcla entre la experiencia emocional, la experiencia festiva y la extraordinaria identificación colectiva con la persona del Papa: un verdadero

acto de reconquista de identidades, pertenencias y territorios.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud son parte de ese derrotero de dispositivos de memoria. Hecha para los jóvenes, la actividad proyecta la Iglesia en un encuentro catequético de multitudes.

Desde una narrativa que moldea la memoria de la tradición en un

tiempo homogéneo y sin fisuras, el evento se hace también como

un acto pedagógico. Y lo consideramos en cuanto tal, reconociendo

un movimiento doble que, no estando desasociado, se constituye de

modo interdependiente. En un sentido, es pedagógico porque instruye

sobre contenidos específicos, conduce a los jóvenes hacia un cuadro

de referencias determinado, actúa en la formación católica. En otro

sentido, es pedagógico porque teje esas enseñanzas en un régimen de

tiempo no mediado por la historia, el tiempo de la tradición. Más que

una catequesis para los millones de cristianos reunidos, las narrativas pedagógicas que se producen allí son objetos que inscriben las

memorias particulares en la memoria administrada por la Iglesia, la

de la tradición del pueblo católico. Lo que parece estarse jugando, sin

embargo, no es una modalidad narrativa rehén de la tradición, sino

un modelo pedagógico capaz de tramar los términos enunciados en

ese tiempo a-histórico.

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