¿Qué es la inovación lingüística?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Desde el punto de vista meramente lingüístico tiene razón el lector de EL PAÍS (carta al director del 14 de abril de 1999) al criticar la expresión "catástrofe humanitaria" usada en relación con la guerra en Kosovo. En esa carta no se toma, sin embargo, en consideración el importante aspecto de la solidaridad internacional. Según informa EL PAÍS de ese mismo día, nuestro presidente Aznar está muy de acuerdo "con los objetivos, métodos y ritmos de la campaña bélica contra Yugoslavia", postura solidaria por la que Clinton le "expresó su profunda gratitud" y le obsequió con una cena cuyos platos desconocemos.
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Desde el punto de vista meramente lingüístico tiene razón el lector de EL PAÍS (carta al director del 14 de abril de 1999) al criticar la expresión "catástrofe humanitaria" usada en relación con la guerra en Kosovo. En esa carta no se toma, sin embargo, en consideración el importante aspecto de la solidaridad internacional. Según informa EL PAÍS de ese mismo día, nuestro presidente Aznar está muy de acuerdo "con los objetivos, métodos y ritmos de la campaña bélica contra Yugoslavia", postura solidaria por la que Clinton le "expresó su profunda gratitud" y le obsequió con una cena cuyos platos desconocemos.
Vemos día tras día que la información es parte integrante de esos métodos de la Alianza Atlántica. También debe de serlo la expresión criticada que saborea reiteradamente el canciller alemán Schröder (humanitäre Katastrophe) y que circula por los medios de comunicación. Incluso se ha acuñado, inspirándose en esa expresión, el término "humanismo militar".
Tengo la impresión de que la feliz innovación lingüística ha de proceder de las más altas esferas de la OTAN, con la anuencia y beneplático de su jefe supremo, y sospecho que su creador es nada menos que el políglota secretario general Javier Solana, cuyos nobles objetivos define EL PAÍS el 26 de marzo en estos términos: "Poner fin a la violencia y prevenir una nueva catástrofe humanitaria". Sus profundas razones tendrá Solana -que durante años fue el sumo representante de nuestra cultura- para utilizar abusivamente un concepto clave en la argumentación de la estrategia de la Alianza.
Sería absurdo querer minar y socavar con quisicosillas de la lengua la autoridad moral de esa benemérita institución semisecular, partiendo de un lapso ciertamente intencionado de su culto secretario. No caigamos en la tentación de Máximo (EL PAÍS, 14 de abril) de examinar "el coeficiente intelectual de Clark, Albright, Clinton, Solana, Blair, Aznar, Serra y así sucesivamente" (desde estas latitudes yo añadiría a Schröder, Scharping y Fischer) para ver si en "catástrofe humanitaria" se refleja, más que un lapsus linguae, un lapsus mentis.- Catedrático de Filología Románica de la Universidad de Tubinga.
Explicación: