¿Qué es la historia lineal propuesta por el cristianismo? ¿Cómo se diferencia
a otras visiones sobre la historia?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1 linea del cristianismo: Está marcado por la aparición del monoteísmo. La construcción discursiva de la Biblia proyecta de manera revolucionaria en la historia una forma de flecha que parte desde las alianzas o pacto con los israelitas (Berit) en el cual éste ofrece una tierra prometida desde la cual el tiempo material, terrenal, no regresará. Esta diferencia radical con las otras religiosas fue llamada en el cristianismo, vida eterna. El contexto histórico marcado por exilios, promovió el desarrollo teórico de esta concepción de tiempo (como vida) a través de los sabios cabalistas que llegan a su mayor riqueza filosófica en la estadía en Alejandría que acaba con la vuelta a un pensamiento más radicalizado y teológico de los llamados "maestros de la ley" y la división hebrea entre los "helenizados" y "ortodoxos" que luego encontraría su propio juicio y división tras las invasiones romanas y la posterior bifurcación general entre el pensamiento judeocristiano y el desarrollo del judaísmo rabínico, posteriormente perseguido en el medioevo a través de la Inquisición.
2Como historiador inmerso en datos concretos, no teóricos, siento a menudo la necesidad de buscar un marco conceptual más amplio en el que encajar esos datos, no sólo en sentido cronológico y geográfico, sino también filosófico. Entre los ensayos más estimulantes que he leído como parte de esta búsqueda personal están las Cuatro visiones de la historia universal, de José Ferrater Mora. El autor estudia cuatro grandes pensadores de Occidente; para todos ellos, la historia constituye un "itinerario insoslayable" que acontece según leyes que no sólo revelan la fuerza motora de los acontecimientos, sino también su "justificación". Me gustaría resumir las cuatro visiones (según Ferrater Mora) y después debatir sus efectos sobre mi propia visión de la historia, siempre provisional.Para san Agustín, la historia era un drama concebido en la mente de Dios y hecho realidad por todos los seres humanos como actores con papeles asignados. La historia era irreversible e irrepetible, y se dividía, de manera decisiva, en dos épocas, antes y después de la aparición de Cristo, el Salvador en la Tierra. Se dividía también entre los acontecimientos de la ciudad terrena, las luchas por dominar el mundo material, y los acontecimientos espirituales de la ciudad divina, la Iglesia cristiana. Aunque Dios tenía completa presciencia de la caída, y de hecho de todos los acontecimientos futuros, los hombres eran responsables, gracias a su libre albedrío, de los males que cometían, males por los que la inmensa mayoría de ellos sufrirían castigo eterno. Los hombres son tan radicalmente malvados que ninguno merece realmente salvarse, pero Dios, por una decisión inexplicable en términos humanos, ha decidido salvar a una cierta minoría predestinada. Para san Agustín, la historia de la ciudad terrena era claramente una historia de desastres absolutos.
Explicación: