que es la destruccion de la identidad
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Ponencia presentada ante el IV Congreso Internacional, Cultura y Desarrollo, 6 al 9 de junio 2005, La Habana.
La destrucción masiva de la identidad del ser humano
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Por Hendrik Vaneeckhaute | 13/06/2005 | Cultura
Fuentes: Rebelión
Hablar de la importancia de la identidad para el ser humano, es hablar de la dignidad de las personas, de los pueblos, de la vida. La identidad nos dice quién somos, de dónde venimos y nos permite proyectar un camino para el futuro. «La identidad nos ayuda a mantener la seguridad emocional y la […]
Hablar de la importancia de la identidad para el ser humano, es hablar de la dignidad de las personas, de los pueblos, de la vida. La identidad nos dice quién somos, de dónde venimos y nos permite proyectar un camino para el futuro.
«La identidad nos ayuda a mantener la seguridad emocional y la capacidad de acción, mediante la toma de conciencia de las situaciones que vive la persona, la vivencia de ser uno mismo y el sentimiento de pertenencia a un grupo o comunidad.» (Beristain, 1999 [1])
No es algo estático, al contrario, evoluciona a lo largo de nuestra vida, influido por el entorno, la cultura y la estructura de la sociedad. Podemos diferenciar entre una identidad individual, centrada en los atributos y características individuales de la persona, y una identidad social, según la pertenencia a uno o varios grupos de referencia, convicciones sociales, etc. Un concepto clave en la construcción de nuestra identidad, es el tejido social. Son aquellas relaciones y personas con las cuales nos relacionamos y que nos estimulan, nos aceptan y nos ayudan a afrontar la vida. El tejido social nos relaciona con los demás, crea vínculos afectivos y provoca solidaridad.
El Libre Mercado Capitalista explota brutalmente la necesidad de las relaciones sociales. De un lado destruye las estructuras sociales básicas, entendidas como tejido social. Y del otro lado crea nuevas estructuras, basadas en la jerarquía y la competición. Estas nuevas estructuras, siempre basadas en el principio de la maximización del beneficio financiero personal, no contienen los elementos básicos de un tejido social, como la confianza, la solidaridad, la cooperación y el intercambio. Al contrario, son fugaces, fuera del control de los miembros, exigen un esfuerzo permanente de renovación y reestructuración y destruyen la personalidad e identidad de las personas y de los pueblos.