Que es la clave periódica
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si nos remontamos a los principios de los tiempos conocidos, cuando la ciencia y la filosofía eran primas hermanas, el hombre ya se preguntaba de qué estaría hecho lo que le rodeaba, y así, las distintas culturas fueron haciendo conjeturas hasta llegar al conocimiento que se tiene hoy en día de lo que es la química.
Los “cientísofos” (científicofilósofos) griegos fueron enumerando los distintos elementos de la naturaleza como culpables de constituir la materia de las cosas: el agua (Tales de Mileto), el aire (Anaxímenes), o el fuego (Heráclito), o bien todos ellos juntos más la tierra (Empédocles), mezclados en distinta proporción daban lugar, según ellos, a todas las sustancias existentes.
A esta mezcla natural, Aristóteles agregó el éter o quintaesencia, formador de las estrellas. Estas teorías fueron evolucionando al expandirse las civilizaciones por el mundo, dando lugar a la Alquimia, que ya contemplaba cómo las mezclas de elementos y sus cambios de temperatura lograban transformar unas sustancias en otras. Los árabes, incorporaron el descubrimiento de nuevos elementos como el mercurio o el azufre, y así, con el paso de los siglos y el empeño del hombre, siguió evolucionando el conocimiento de nuevos elementos y de sus mezclas, y descubriéndose las propiedades que cada uno tenía.

Pero no fue hasta el siglo XVII, cuando se proclamó por parte del científico británico Boyle, la definición moderna de elemento químico: sustancia que no puede descomponerse en otras más simples. A partir de este momento, ya “solo” quedaba averiguar cuántos elementos existían, conocer sus propiedades, nombrarlos, y … ¡ordenarlos!
Avanzando hacia la Tabla Periódica
Partiendo de los criterios establecidos por Boyle, durante el siglo XVIII físicos, químicos y científicos de distintas nacionalidades europeas estudiaron las propiedades de los elementos conocidos, sus características comunes y sus diferencias. El cuadro siguiente reúne algunos de los avances más importantes que encaminaron la clasificación de los elementos hacia la Tabla actual.

Cada uno de estos científicos iba descubriendo características comunes a grupos de elementos, pero las diferencias entre ellos parecían tener más peso que las afinidades y no fue hasta 1869 cuando Mendeleïev publicó la primera versión de nuestra Tabla Periódica (razón por la que se le atribuye a este químico ruso su creación) basada en que los elementos con masas atómicas semejantes tienen propiedades similares. Esta primera Tabla contenía 63 elementos y … ¡huecos! La razón de dejar espacios vacíos entre algunos elementos era que, para confirmar su teoría de periodicidad, a Mendeleïev le “faltaban” algunos elementos que siguieran las series que había creado, en concreto le faltaban elementos que tuvieran masas atómicas: 45, 68, 70 y 180, y aunque no encontró esos elementos predijo qué propiedades tendrían en función de los elementos adyacentes, y … ¡no se equivocó!, pues años más tarde tres de esos huecos fueron ocupados por el galio, el escandio y el germanio, elementos que respondían a las masas atómicas que le faltaban y a las propiedades que el ruso les presumía.