que es la biología de Dios
Respuestas a la pregunta
El autor es el científico español con más éxito social. Ha sido asesor científico del presidente Clinton y presidió la American Association for the Advancement of Science,
la mayor sociedad científica del mundo, editora de la revista Science. Es miembro de nueve academias de ciencias, incluyendo la nacional de Estados Unidos, y ha recibido
la Medalla Nacional de Ciencias de ese país y doce doctorados honoris causa.
Su carrera es absolutamente atípica. Como teólogo dominico, se interesó por la naturaleza del hombre y comprendió que necesitaba conocer la biología. Se entusiasmó con los mecanismos de la evolución descritos con lucidez y amenidad en los libros de Theodosius Dobzhansky, hasta tal punto que decidió trabajar con él. Dobzhansky,
nacido y formado en la Rusia del último zar, había emigrado a Estados Unidos en 1927
y sus investigaciones con moscas Drosophila contribuyeron brillantemente a enraizar la evolución sobre la genética.
Me contó Dobzhansky, en el buen español aprendido en sus trabajos de campo en las selvas de Colombia, que cuando Ayala se presentó en 1961 en su despacho en la Columbia University le aplicó el procedimiento que ya tenía preparado para casos similares. Tomó el catálogo docente de su universidad y, explicándole que para
colaborar con él tendría que adquirir algunos conceptos, le pidió que siguiese los
cursos que iba marcando. Ninguno de los predecesores había vuelto por el despacho,
pero Ayala volvió al cabo de unos meses con notas brillantes y Dobzhansky no tuvo más remedio que admitirlo. Pronto se le hizo insustituible, hasta el punto que cuando
recibió una magnífica oferta de la Universidad de California en Davis, exigió que contrataran también a Ayala como profesor y jefe de su departamento. Ayala ha continuado su carrera en la Universidad de California en Irvine, donde sigue abordando
la evolución con técnicas genéticas, bioquímicas e informáticas. En él se han formado algunos de los científicos más productivos de España: no todas las consecuencias de la fuga de cerebros son negativas.
El diseño inteligente de los seres vivos es una realidad innegable, si así nombramos la complejidad de sus estructuras y su concordancia con las funciones que desempeñan.
La admiración de los investigadores viene de antiguo y ha ido creciendo conforme abordaron los niveles microscópico y molecular. A falta de una explicación racional, muchos atribuyeron esa complejidad y esa concordancia a un Creador sabio, poderoso
y benévolo. En la conocida formulación de Voltaire, no hay un reloj sin relojero. La cima de esta forma de pensar es el libro Natural Theology, publicado por William Paley en1802, al que Ayala dedica justamente bastante atención. Sigue habiendo libros de este tenor; mis maestros de bachillerato me indujeron a leer A Dios por la ciencia, del jesuita Jesús Simón, que ha conocido muchas ediciones.
La grandeza de Charles Darwin es haber propuesto, en su famoso libro de hace justamente siglo y medio, un mecanismo alternativo que crea diseños de apariencia inteligente que ninguna inteligencia ha diseñado. La evolución biológica, la idea de que los seres vivos cambian a lo largo de las generaciones, había sido propuesta por muchos, y notablemente por su abuelo, Erasmus Darwin, y por Jean-Baptiste de Lamarck. Darwin añadió que la evolución ocurre por selección natural de caracteres heredables.