¿Qué es el racismo? ¿En qué sentido es un comportamiento y una ideología?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En la actualidad, el investigador más conocido que sigue defendiendo la importancia de las diferencias raciales es el psicólogo canadiense J. Philippe Rushton, autor del libro Raza, evolución y comportamiento: análisis desde una perspectiva del ciclo vital, cuya versión abreviada ha sido objeto de una distribución masiva no solicitada entre decenas de miles de expertos en ciencias sociales, en un burdo intento de influir sobre la opinión de los científicos y del público en general. En el prólogo de la edición abreviada en rústica, Rushton se compromete a explicar las causas de las diferencias raciales en cuanto a los índices de delincuencia, la capacidad para el aprendizaje y la prevalencia del VIH/SIDA. En el texto en sí, el autor afirma que el comportamiento de las personas de raza negra, ya sea en África o en la diáspora, es producto de lo que denomina una "ley fundamental de la evolución", según la cual la estrategia reproductiva está vinculada al desarrollo intelectual, de modo que cuanto más avanzado es éste, menor es el número de hijos y mayor la inversión de tiempo y esfuerzo que se dedica al cuidado de cada uno de ellos. Por esa razón, las personas de raza negra, comparadas con las de raza blanca o asiática, tienden a ser más activas y agresivas sexualmente y, al mismo tiempo, menos inteligentes y menos capaces de ejercer el autocontrol, de realizar una organización social compleja y de mantener la estabilidad familiar. Al igual que Glayde Whitney, Rushton ha sido también ponente favorito en congresos de organizaciones políticas dedicadas a promover el reconocimiento oficial de la superioridad de la raza blanca en la legislación.
Después de la segunda guerra mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) organizó dos conferencias en las que participaron científicos de renombre internacional y en las que se publicaron sendas declaraciones sobre la raza. Pese a que hubo algunas pequeñas discrepancias entre ellos en cuanto a la posible existencia de diferencias innatas, ambos grupos coincidieron en que la igualdad de derechos de todos los miembros de la sociedad era un principio ético independiente de cualquier conclusión científica sobre características raciales. Esa es la postura que debe seguir inspirando nuestro pensamiento sobre los conceptos de raza y ciencia. Aunque las corrientes de pensamiento que se examinan en este artículo no gozan de gran apoyo entre los científicos en la actualidad, la cuestión de si son apropiadas para el estudio científico no viene al caso. Ese tipo de afirmaciones, ya sean falsas o válidas desde el punto de vista científico, no son en absoluto pertinentes para el reconocimiento de los derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Explicación:
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