¿Qué entiende usted con respecto a la generosidad espontánea?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En sí mismos, los actos de generosidad radical y espontánea constituyen un reto para nuestros corazones. Entonces los vemos contra el trasfondo de la cultura en el que tuvieron lugar y el impacto es incluso mayor.
En el mundo romano, la generosidad se consideraba una virtud reservada para los ricos y poderosos. La palabra del latín generosus, que se refería al nacimiento de una persona, proviene de la palabra griega génesis, que significa «principio». Ser generoso en el mundo romano significaba que uno había tenido un buen «principio». La generosidad romana era para la élite, los aristócratas. En realidad, su cultura dependía de ella. Los ricos actuaban como patronos, financiando la obra de artistas y artesanos, así como también comisionando las obras públicas. Sin embargo, a diferencia de nuestra definición de generosidad, en la cual no se espera nada a cambio, los ciudadanos romanos ricos eran compensados por el aumento de sus cuentas bancarias. Esto podía tomar la forma de recibir un trato preferencial en los negocios, promover a un patrono a un cargo político, abogar por leyes favorables al patrono o defender el estatus civil de un benefactor. (¡Pensándolo bien, nada diferente a Estados Unidos de hoy!).