¿que entiende el historiador j. fontana sobre el mito de la caballeria?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
osep Fontana i Lázaro (Barcelona, 20 de noviembre de 1931-Ibidem, 28 de agosto de 2018)12 fue un historiador español, profesor emérito de la Universidad Pompeu Fabra y miembro del Consejo Editorial de la revista política Sin Permiso.3
Su libro Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945, ha sido considerado como uno de los mejores del año 2011 y una obra de referencia para entender todos los acontecimientos históricos posteriores a la segunda guerra mundial, la creación del Estado de bienestar como respuesta al fascismo y al totalitarismo, la Guerra Fría, la caída de la URSS, la intervención de Estados Unidos en el mundo y la involución que se vive desde la década de 1970 en derechos, bienestar social y democracia.4
Explicación:
Respuesta: toma saca de este texto la respuesta.
La superioridad en el combate de los jinetes sobre los hombres que luchaban a pie llegó a ser
decisiva en la Edad Media, en que los ejércitos eran mucho menores que los de los imperios
antiguos, y esto hizo que se concediera al caballero un trato de privilegio y que se les
proporcionaran tierras para que se mantuviese él y mantuviese sus caballos, lo que iba a servir
de base para una reestructuración de la sociedad
El poder social de la caballería nacía de su capacidad militar, estrechamente unida a las técnicas
del armamento y del combate.
El uso progresivo de arqueros en la guerra –la iglesia intentó prohibir, en los concilios de 1139
y 1215, que los arcos se utilizaran contra los cristianos, pero no lo consiguió– obligó a los
caballeros a reforzar cada vez más sus defensas (pasando de la malla a la armadura, mucho
más pesada, entre los años 1250 y 1350) y a disponer de caballos más fuertes, criados
especialmente para la guerra, que eran capaces de actuar en el campo de batalla con una
pesada carga, ya que a menudo las cabalgaduras llevaban también protecciones metálicas.
El otro elemento fundamental de esta etapa de la guerra serían los castillos, que cubrieron
Europa entre los siglos X y XIII y se convirtieron en la máxima expresión del feudalismo, con su
doble función de defensa de la tierra y de instrumento de expoliación de sus habitantes, lo que
los convierte, por lo que se refiere al uso de la violencia, en una especie de prefiguración del
Estado moderno.
La proliferación de los castillos –hacia el año 1100 había quinientos tan sólo en Inglaterra–,
que convirtió la guerra en ‘un uno por ciento de batallas y un noventa y nueve por ciento de
sitios’, restó importancia a los caballeros (la pasó del guerrero armado al propietario del
castillo), y las armas de fuego individuales los hicieron prácticamente inútiles.
Pero fue precisamente cuando empezaba su decadencia militar, cuando el estamento de los
caballeros, es decir, la nobleza, reforzó su legitimación creando el mito de la caballería –los
libros de caballerías son, sobre todo, de estos momentos de decadencia–, con su mezcla de
valores nobiliarios y eclesiásticos que las clases privilegiadas conservaron porque les daban los
argumentos ideales para justificar que una minoría ‘superior’ se impusiera a las masas.
La caballería siguió utilizándose como arma de combate en la guerra, sostenida por la artillería
en la realización de la ‘carga’, hasta que la Primera Guerra Mundial, con las alambradas y las
ametralladoras, la hizo totalmente inútil (salvo para el transporte).”