Religión, pregunta formulada por royancechacaya, hace 7 meses

¿Qué entendiste por obediencia, amor a Dios y fraternidad social?

¿En esta pandemia los jóvenes han practicado la obediencia, el amor a Dios y la fraternidad?


royancechacaya: me podrías ayudar

Respuestas a la pregunta

Contestado por melinabeltransanchez
7

Respuesta:

1: obediencia es el obedecer ya sea

papá, mamá, hermanos y gentes mayores

a ti; tambien podia ser que los ames aunque te

ponfan a hacer muchas.

El amor a Dios es cuándo amas a Dios, pero

también para amar a Dios tienes que amar sobre

todas las cosas a tu progimo.

2:En esta pandemia algunos jóvenes si practican

la obediencia, el amos a Dios y la fraternidad.

Pero hay otros que no le hacen caso a sus papás

ni en su casa, y también hay muchos jovenes que

no aman a Dios por siertas circunstancias, el que

sus padres no les inculquen el amar a Dios y que

sus padres tampoco crean en Dios.

Contestado por esmirnarodriguz73
4

Respuesta:

La obediencia: una respuesta a la misión de autotrascendencia del ser humano

La obediencia es la expresión vital de la dimensión trascendental del ser humano, quien a través de la razón y la fe, se adentra en un proceso de profundización e identificación de su ser, que encuentra su culmen en la unión con Dios.

1.1. La aceptación de la propia condición de criatura

El hombre religioso vive bajo la certeza de haber sido llamado a la existencia por Dios, quien establece una peculiar comunicación con la humanidad a lo largo de la historia. Realidad que se hace visible mediante la creación del hombre, se desarrolla gracias a su vocación y se especifica por su misión. Aquí se insertan los misterios absolutos de la vida, que sólo se dan en la comunicación de Dios con la profundidad de la existencia humana, denominada gracia, y con la historia, que como ya veremos, tiende hacia Jesucristo. Son las coordenadas desde las que el hombre se esfuerza por hallar su propio centro, al que poder acomodarse, sin destruir su intrínseca finitud. Convirtiendo no a la razón, sino al espíritu, en la facultad para percibir lo incomprensible en cuanto tal, y asumir el misterio (Feuerbach, 1975: 55).

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