que entendiste de contiunidad de los parques?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Continuidad de los parques es un cuento del escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984). Apareció por primera vez en la segunda edición del libro Final del juego, de Editorial Sudamericana (1964). Del género fantástico, invita al lector a introducirse en él. Este cuento se le ocurrió al autor leyendo una novela, imaginó la dualidad.[1]
Análisis
El cuento tiene dos historias. La primera tiene como protagonista al hombre lector que se sienta en su estudio, en su sillón de terciopelo, a leer una novela. La segunda presenta a dos amantes que ejecutan su plan de asesinar al marido de la mujer. Según el crítico argentino Jaime Alazraki, el componente fantástico de este cuento aparece en la yuxtaposición de las dos historias (1985). La carga fantástica aparece cuando dos historias aparentemente realistas se superponen y los personajes de la novela que lee el hombre aparecen en su mundo. En este sentido se puede pensar el título del cuento, que sugiere una continuidad entre la esfera de lo “real” y la de lo ficcional. Cortázar juega con esta historia circular desestabilizando los límites de la ficción y de la literatura en general. Cuando en una historia un personaje aparece leyendo una historia hablamos de "puesta en abismo". Se hace referencia al proceso de consumo de la literatura y se llama de la atención del lector generando una identificación entre lector real con el hombre lector de la novela. Cortázar presenta a un lector tan inmerso en la ficción (“La ilusión novelesca lo ganó casi enseguida” (2016:11) que termina asesinado por los personajes que estaba consumiendo. La idea de Alazraki sobre la yuxtaposición de las dos historias, retoma lo expuesto por Beatriz Sarlo, que piensa en el fantástico de Cortázar siempre en relación a lo espacial. No sólo se unen dos historias, sino también dos espacios, dos parques que Cortázar nos presenta en una continuidad. Este rasgo circular del espacio alude a otra idea de Alazraki: propone que Cortázar, en el intersticio de dos imágenes, deja un espacio abierto, “un silencio que interroga” (1985:23) y que, en este caso, se pregunta sobre el estatuto de la realidad, de la ficción y de la literatura.
Cortázar, en unas clases que dictó en la universidad de Berkeley en 1980, calificó la modalidad del fantástico de “Continuidad de los parques” como un nivel extremo, “donde los límites entre lo real y lo fantástico cesan de valer y las dos cosas se interfusionan” (2013:45). Vemos evidencia de esta fusión en esta cita: “Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo” (2016:11). En simultáneo, el personaje lector reposa en su sillón y se desgaja, se reparte, se aparece en ambas esferas a la vez: la de su realidad en el sillón, la del plan de los amantes de la novela que se aproximan para matarlo.
Lo que entendi